El Auditorio Nacional de Madrid abre sus puertas en septiembre el día 15 con la Fundación Pablo Horstmanny AFANIC (Asociación de Familiares y Amigos de Niños con Cáncer).
En el concierto, dirigido por Silvia Sanz Torre, sonarán obras como la Música Acuática y Música para los Fuegos Artificiales de Händel, Pompa y Circunstancia de Elgar, Te Deum de Charpentier, y otras que sonaron en las cortes europeas a lo largo de la historia. Tocarán la Orquesta Infantil y Juvenil EOS.
Dentro del ámbito benéfico, la JORCAM interpretará la Novena de Beethoven el 22 de septiembre a beneficio de la Fundación CRIS Contra el Cáncer. Esta partitura es una de las obras más trascendentales, importantes y popular en toda la música clásica.
Su último movimiento es un final coral sorprendentemente inusual en su época que se ha convertido en símbolo de la libertad.
Precisamente, una adaptación realizada por Herbert von Karajan es, desde 1972, el himno de la Unión Europea UE). También destaca por ser la única composición musical de la historia declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco.
Otra cita a destacar es la que ha organizado Juventudes Musicales y llevará a Madrid al Maggio Musicale Fiorentino con la batuta de Zubin Mehta y la Sexta y la Séptima de Beethoven el día 25.
Después del verano, Ibermúsica retoma su ciclo de conciertos en el Auditorio que, los días 27 y 28, tendrán como invitada a la Wiener Philharmoniker.
El célebre conjunto austriaco, a las órdenes de Daniele Gatti, hará sonar las Sinfonías núm. 2 y 4 de Brahms.
La sinfonía núm. 4 en mi menor, op. 98, es la última sinfonía compuesta por Johannes Brahms. Se originó en las vacaciones de verano que disfrutó el compositor en Mürzzuschlag en 1884 y 1885. Fue estrenada bajo la dirección del compositor el 25 de octubre de 1885 en Meiningen. Una semana después el director Hans von Bülow Meininger Hofkapelle en una gira por Alemania oriental y Holanda. Está dividida en cuatro movimientos.