Por Susana Castro
Los días 28, 29 y 30 de julio el Festival de Música Antiga del Pirineus (FeMAP) organizó un viaje de prensa para algunos de los medios especializados en música clásica de nuestro país. Durante tres días pudimos embarcarnos en la experiencia FeMAP, que se resume en tres conceptos fundamentales: música, patrimonio y naturaleza.
El festival encaraba este año su 12.ª edición, con Josep Maria Dutrèn a cargo de la dirección artística y organizativa, consolidado como una de las citas fundamentales del verano musical catalán y referente de la música antigua en España. Un total de cincuenta y cuatro citas musicales y cuarenta y seis actividades paralelas han conformado la programación, que llega a cuarenta municipios de Francia, Andorra y Cataluña situados en los valles pirenaicos más profundos y también en el Prepirineo.
Nuestro viaje comenzó en la Iglesia de Sant Feliu de Sort, donde pudimos disfrutar del programa ‘La música en las cortes hispánicas del siglo XVI. Madrigales, ensaladas y villancicos’, a cargo del Coro Francesc Valls, dirigido por Pere Lluís Biosca, y con el exquisito Josep Maria Martí a la guitarra barroca y el archilaúd. Las músicas de Guerrero, Narváez, Flecha y Càrceres hicieron las delicias de un público que llenaba el espacio, con muy destacadas intervenciones de las voces femeninas de Maria Casado, Belén Bernaus, Laura Martínez y Queralt Sales.
Al día siguiente la Iglesia de la Mare de Déu dels Àngels de Llívia (Girona) fue testigo de un recital íntegramente dedicado a Johann Sebastian Bach de los Solistes Salvat Beca Bach y el Bachcelona Consort, con dirección de Daniel Tarrida. El dato curioso es que en este fin de semana se cumplían 299 años del estreno de la cantata Wo Gott der Herr nicht bei uns hält, BWV 178, que protagonizó el concierto. A la salida, tuvimos ocasión de degustar productos artesanos de la zona gracias a la iniciativa ‘Conciertos con gusto’ que se puso en marcha el año pasado y debido a su éxito este año se ha ampliado.
Esa misma noche fue el turno del multiinstrumentista Andreas Prittwitz & Lookingback, que ofrecieron su particular mirada sobre la música antigua con ‘Zambra Barroca’, un programa que propone la fusión entre la improvisación del mundo flamenco, con la zambra, y la danza típica del Barroco, la sarabanda. Obras de Purcell, Haendel, Dowland o el padre Soler compartieron espacio con el flamenco de la cantaora Eva Durán y el toque del guitarrista Mario Montoya, en una iglesia (la de Santa Coloma de Ger) puesta en pie para ovacionar el festín.
Estas tres citas musicales se intercalaron con propuestas gastronómicas de primer nivel, como el filet a la llosa o el trinxat de botifarra negra del restaurante Rita Porta de Llívia o los platos a la brasa del restaurante Cal Padrí de Alp, que redondean una experiencia única para los visitantes que se acerquen a FeMAP.
La logística de un festival de estas características es enorme, sobre todo por el vasto territorio que lo acoge y las serpenteantes carreteras que unen los espacios, pero la organización de los conciertos fue impecable, y el nivel de compromiso de los trabajadores y voluntarios hace que parezca realmente fácil.
La naturaleza te envuelve desde que llegas a la puerta de los Pirineos, pero tener la ocasión de culminar un viaje tan especial con la subida en teleférico al Niu de l’Àliga, situado en La Molina (a 2500 metros de altura), y escenario también de conciertos del festival, nos lleva a animar a todos los lectores y lectoras de Melómano a pensar en visitar el próximo verano el Festival de Música Antiga del Pirineus. No dejará indiferente a nadie.
¡Larga vida a FeMAP! ¡Larga vida a la música antigua!
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