Mulierum cumple dos temporadas y durante este tiempo hemos hecho lo posible por homenajear y dar su espacio a grandes mujeres que han configurado la historia —y la actualidad— de la música, haciendo especial hincapié en aquellas que han desarrollado su trabajo en nuestro país. En esta tercera temporada que iniciamos vamos a ampliar nuestras fronteras, recorriendo nombres de compositoras, musicólogas, directoras, intérpretes y gestoras de ayer y hoy, con figuras de todos los rincones de la geografía mundial, sin olvidar a las nuestras.
Por Fabiana Sans Arcílagos & Lucía Martín Maestro
Iniciaremos nuestro viaje en Venezuela, con la mayor representante de la música de este país, la pianista, compositora, pedagoga, cantante y directora Teresa Carreño (Caracas, Venezuela, 1853). Inicia su formación con su padre, Manuel Antonio Carreño, y posteriormente con Louis Moreau Gottschalk, a quienes debe su sólidos inicios. Su rápido aprendizaje le permitió destacar entre los niños prodigios de su época, iniciando una carrera gloriosa que la llevó a recorrer los cinco continentes, codearse con los más grandes maestros de la historia y ser reconocida mundialmente como la ‘Valquiria del piano’. Su muerte, acaecida en Nueva York en 1917, la consagró como una de las grandes mujeres de la historia.
Pero, como bien hemos indicado al principio, en esta nueva etapa procuraremos dar visibilidad a nombres menos populares, pero no por ello menos importantes. Así, y con el permiso de la Carreño —a quien dedicamos un extenso artículo en el núm. 231 de Melómano—, debemos citar a María Luisa González Gragirena (Valencia, Venezuela, 1898), más conocida por su apellido de casada, Escobar. Compositora, pianista y promotora cultural, inicia sus estudios musicales siendo solo una niña; a los 6 años presenta su primera obra, la canción Blanca la niña Angelina.
Tras realizar estudios en Curaçao y París, regresa a Venezuela, esta vez a Caracas, ciudad en la que promueve reuniones con intelectuales con el propósito de fundar un centro cultural y artístico para la ciudad. A partir de esta idea, y junto a otras personalidades, funda el Ateneo de Caracas en 1931. A ella también se debe la fundación de la Asociación Venezolana de Autores y Compositores en 1947, primera institución del país dedicada a salvaguardar los derechos de los autores.
Sin embargo, su carrera como gestora no la separó de la música. Como pedagoga se dedicó a difundir la música a través de la emisión de su programa La caja de juguetes, mientras ofrecía recitales de piano en salas como el Carnegie Hall o en la Columbia Broadcasting System (CBS), entre otros escenarios. Sus composiciones sonaban tanto en su país natal como en Estados Unidos, país en el que tuvo ocasión de estrenar varias de sus obras. Su trabajo se caracteriza por la presencia de la cultura aborigen, tanto en su temática como en el uso de sus sonoridades y ritmos. Algunos títulos como Concierto sentimental, estrenado en Praga, Naranjas de Valencia o Desesperanza, son elogiados e interpretados por grandes cantantes de la época.
Mientras la valenciana recorría Estados Unidos con su música, en la Escuela Superior de Música José Ángel Lamas, la joven Blanca Estrella Veroes de Méscoli (San Felipe, Venezuela, 1910) obtenía el 30 de julio de 1948 el Título de Composición, el primero para una mujer en el país. Una vez graduada, Blanca perfecciona sus estudios con Primo Casale y Yannis Ioannidis en música contemporánea.
Su trabajo como compositora le valió varios premios nacionales, entre ellos el Nacional de Música con su Suite para piano ‘Lisbeth’ y dos más con la mención ‘música de cámara’, uno con el Ballet Miniatura y el segundo con Tres movimientos para doble quinteto y piano. Como pedagoga, destaca su trabajo al frente del Consejo Venezolano del Niño y la dirección de la Escuela Experimental Venezuela, además de ser la encargada de la revista Cultura Femenina.
Otro nombre que debemos mencionar es el de Ana Mercedes Asuaje de Rugeles (Barquisimeto, Venezuela, 1914), pedagoga, violinista y compositora, formada en Caracas, Washington, Buenos Aires, París y Ginebra. Esta mujer dedicó parte de su vida a la difusión musical en la Radio Nacional de Venezuela junto con la dirección pedagógica de la Escuela de Música Juan Manuel Olivares y la de la Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela. Además, fue miembro fundador de la Schola Cantorum de Venezuela. Tiene numerosas composiciones basadas en textos del poeta Manuel Felipe Rugeles, gran parte de ellas para niños y agrupaciones corales. Fue condecorada en 1993 con el Premio Docencia Musical por el Consejo Nacional de Cultura (CONAC).
A partir de aquí, y tras la consolidación de la Escuela Superior de Música José Ángel Lamas y la fundación de la Orquesta Sinfónica de Venezuela (OSV) y del Orfeón Lamas, empiezan a multiplicarse los nombres de mujeres hacedoras de música. En esta etapa nos encontramos con Modesta Bor (Juangriego, Venezuela, 1926), discípula en Venezuela del maestro Vicente Emilio Sojo y de Aram Ilich Jachaturián del Conservatorio Chaikovski de Moscú. Bor obtuvo en cuatro ocasiones el Premio Nacional de Música por sus composiciones Sonata para violín y piano (I y II), Segundo ciclo de romanzas y Acuarelas.
Una de las mujeres más talentosas de su generación es Alba Quintanilla (Mérida, Venezuela, 1944), primera mujer en dirigir la Orquesta Sinfónica de Venezuela, ocasión en la que estrenó sus Tres canciones para mezzosoprano y orquesta, obra que fue galardonada en 1967 con el Premio Nacional de Música. Quintanilla realizó estudios de arpa, canto, piano, clavecín, dirección y composición en Caracas y, posteriormente, ingresó al Conservatorio Nacional de Varsovia y al de Mannheim, donde perfecciona sus conocimientos en dirección y composición. Otros nombres vinculados a esta época son los de Flor Roffé de Estévez, Nelly Mele Lara, Nazyl Báez Finol, todas compositoras, intérpretes y destacadas pedagogas.
Las nuevas generaciones se abren paso y encontramos también a sobresalientes intérpretes, compositoras, musicólogas y pedagogas como María Antonia Palacios, Josefina Punceles de Benedetti, Diana Arismendi, Adina Izarra, Beatriz Bilbao, Mercedes Otero, Alecia Castillo; y las directoras María Guinand y Lourdes Sánchez. De estas nuevas generaciones podemos destacar los estrenos Für Elena de Arismendi en el Royal Albert Hall (2004), y los Tres cortos para guitarra de Izarra, estrenado en 2017 por el Dúo Arcadia, compuesto por Avelina Vidal Seara y Pilar Rius Fortea.
El espacio se hace corto para profundizar en la vida de la gran cantidad de mujeres que van ampliando esta lista cada día. Pero, a pesar de los límites de extensión, vemos necesario al menos acercar a nuestros lectores a otros espacios más allá de nuestras fronteras y dar voz a esas mujeres que, a día de hoy, siguen siendo unas desconocidas. Porque todas y cada una forman parte de la historia, de nuestra historia.
Antonio Corredor dice
Primera vez que abro esta página. Es encantadora esta iniciativa. Por cierto, noté que no nombraron a Carmencita Moleiro; destacada pianista y educadora venezolana, natural de Zaraza.
Maria dice
Hola!! Me gustaría encontrar las fuentes que usaron para el artículo. Sobre todo el de Blanca Estrella.
Redacción dice
Estimada María:
Las fuentes empleadas para el artículo han sido:
– Sonido que es imagen… imagen que es historia: Iconografía de compositores venezolanos y los instrumentos musicales. Numa Tortolero. Fundación Vicente Emilio Sojo, 1996, pág. 97.
– Enciclopedia de la música en Venezuela. José Pelín y Walter Guido (dirs.). Fundación Bigott, 1998, pág. 563.
Un saludo cordial,
El equipo de Melómano