Reseña | Un viaje musical en clavicémbalo

El primer álbum del clavecinista, director y musicólogo Àngel Villagrasa nos propone un delicioso viaje musical que comienza en el Barroco temprano y concluye en el Preclasicismo. Un amplio arco temporal que se extiende desde la Inglaterra de Dowland y Purcell hasta la España de Cabanilles, Mariner y Mateo Albéniz, pasando por la Alemania natal de Haendel y Bach.

Del laudista Dowland encontramos la célebre pavana Semper Dowland, Semper Dolens, Galliard y Lachrimae, piezas escritas en tablatura de laúd pero que de manera legítima se prestan a la ejecución en clavicémbalo, pues como señala Villagrasa, ‘la técnica de la transcripción y de interpretar música en instrumentos distintos (pero afines) a los concebidos originalmente era una práctica común en la época’; máxime en instrumentos como el clavicémbalo y el clavicordio que, a diferencia del órgano, comparten con el laúd un modo análogo de resonancia. Siguen a continuación una curiosa pieza didáctica de Purcell y el conocido como The Purcell Manuscript, recopilación de veintiuna obras (preludios y danzas) publicadas por primera vez en 1999, piezas sencillas, bellísimas algunas, que se prestan a la exploración tímbrica del instrumento.

Pedagógicas son asimismo las Seis fugas fáciles, supuestamente de Haendel, elaboradas por Anton Diabeli, pianista y editor de, entre otros, Beethoven y Schubert, en 1830. De Haendel es, desde luego, la emotiva Sarabande de la Suite HWV 437, casi tan famosa como el Aria de las conocidas como Variaciones Goldberg, o Aria mit verschiedenen Veränderungen, como denominó la obra Bach.

La Corrente italiana de Cabanilles y la Toccata de Mariner son piezas singulares que merecen ser conocidas. No cabe decir lo mismo de la Sonata en Re mayor de Albéniz, de sobra popular, brillante y enérgica en la versión de Àngel Villagrasa, clavecinista meticuloso en la articulación y de delicado fraseo, que extrae de su clave de doble manual franco-flamenco (Marc Ducornet, 2003), una auténtica lección de sonora elegancia.

Cierran el álbum dos Invenciones en las que Villagrasa desarrolla con ingenio influencias de compositores, armonías y procedimientos propios del Barroco.

Por Alejandro Santini Dupeyrón