Un air d’Italie. The mandolin in Paris in the 18th century
Pizzicar Galante
Marc Mauillon, tenor
Anna Schivazappa, dirección
ARCANAA552
★★★★
En este nuevo álbum, la mandolinista Anna Schivazappa, junto a Pizzicar Galante, desvela los secretos de la época dorada de la mandolina en el París de las décadas de 1760 y 1770. Tras una amplia investigación musicológica, Un air d’Italie muestra un repertorio único e inexplorado que abarca sonatas para mandolina y arias de ópera, todo ello con un sonido enérgico y vibrante. En la Bibliothèque nationale de Francia, Schivazappa descubrió tres sonatas de compositor anónimo, las cuales se presentan en este disco por primera vez. La Sonata núm. 1 en Do mayor, la Sonata núm. 4 en Sol mayor y la Sonata núm. 6 en Sol menor muestran delicadeza y frescura en el sonido y la interpretación. Todo ello con un gran dominio de las técnicas idiomáticas documentadas en los no menos de cinco métodos para mandolina publicados entre 1760 y 1770 por Giovanni Battistan Gervasio, Gabriele Leone o Michel Corrette, entre otros. Estas no son las únicas obras de compositor anónimo que nos presenta este disco. Schivazappa hace, bajo el cálido timbre de la mandolina lombarda —todas las demás piezas de este programa se interpretan con mandolina napolitana—, una versión única de La Fürstenberg, un tema con variaciones de autor anónimo. La interpretación de Pizzicar Galante está cargada de originalidad y creatividad en su ornamentación, clara y limpia. Con el objetivo de ofrecer una visión amplia de las posibilidades de la mandolina, y abarcando diferentes escenarios, Schivazappa muestra no solo la función solista de este instrumento, sino también acompañante, a través de dos adaptaciones operísticas. La mandolinista dialoga con la carismática voz del tenor Marc Mauillon en ‘Air de Lison‘del segundo acto de Julie del compositor Nicolás-Alexandre Dezède y Serenade ‘Tandis que tout sommeille‘ del segundo acto de L’Amant jaloux de André-Ernest-Modeste Grétry. Este álbum da voz a un instrumento exótico y evocador de atmósferas mediterráneas durante su etapa de mayor esplendor en la capital francesa.
Por Ana Juanals Bermejo
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