Cada 25 de julio se celebra la festividad de Santiago El Mayor y su presencia se consolida entre feligreses y curiosos en la ruta que lleva su nombre. El tránsito histórico del apóstol ha dejado uno de los legados más importantes de la humanidad, el Códice Calixtino y, con él, el resguardo de algunas de las polifonías más arcaicas recogidas en la Edad Media.
Por Fabiana Sans Arcílagos
La confluencia de diversos pueblos y culturas han hecho de España un país que ha dado lugar a diferentes visiones, identidades y formas de entendimiento, consolidando una idiosincrasia muy particular. En su tierra se ha originado un importantísimo tejido cultural que ha trascendido el espacio, dejando su huella más allá de sus fronteras.
Y es que, si nos centramos en uno de los momentos con mayor personalidad y riqueza de la historia de este país, sin duda, debemos poner la mirada en la Edad Media, donde la conquista musulmana, la reconquista de los reinos hispano-cristianos, la creación nuevas rutas comerciales y, por supuesto, la variedad de religiones y pueblos, hicieron de la España medieval uno de los mayores y más complejos hervideros culturales de todo Occidente.
Una de las prácticas más enriquecedoras de su historia es la peregrinación, que se consolida en lo musical especialmente en una ruta: el Camino de Santiago. Sin entrar en qué, cómo o por dónde transitan los trayectos que dirigen a los peregrinos a la Catedral de Santiago de Compostela, es gracias al camino francés que se confecciona, en el siglo XII, el invaluable Códice Calixtino.
Este conjunto de cinco libros y dos apéndices representa una de las reliquias más importantes conservadas en España. Su contenido incluye la versión posiblemente más antigua del Liber Sancti Iacobi y, además, oficios, sermones y cantos en honor al apóstol Santiago. También comprende una memoria para peregrinos que abarca desde descripciones de los principales caminos a Compostela hasta la referencia de los santuarios que se encontraban en el Camino. Asimismo, conserva cultos completos de la Vigilia y las Fiestas del Apóstol. Sin embargo, lo que dota de especial valor a este manuscrito es que resguarda una de las colecciones más antiguas de música polifónica de Occidente.
Si nos centramos en el contenido musical del manuscrito, este se encuentra en el libro de las liturgias (‘Libro I’) y en los dos apéndices finales. El ‘Libro I’ comprende piezas de la misa, oficios y fiestas del patrono. Además, se deja ver un suplemento gregoriano con conductus, prosas e himnos compuestos ex novo, lo que los convierte en piezas únicas. Por otra parte, el ‘Apéndice I’ es un fascículo de 6 folios que contiene 22 composiciones polifónicas. Este ‘cuadernillo’ fue escrito probablemente alrededor de 1180 y contiene música que algunos musicólogos denominan pre-Ars Antiqua. Lo cierto es que en el apéndice se encuentra la sección musical más relevante con algunos tropos para Benedicamus, Kyrie y Aleluya, así como responsorios, etc. Lo más representativo es el conductus Congaudeant Catholici, la pieza a tres voces más antigua que se conoce del siglo XII, aunque hay investigadores que afirman que originalmente se escribió a dos y que la voz intermedia fue añadida posteriormente. Tanto las piezas del ‘Libro I’ como las del ‘Apéndice I’ están escritas en notación lorena, propia del norte de Francia, a excepción de la última pieza: Dum pater familias.
Este himno de rasgos especiales revela una de las primeras fuentes hispánicas musicales. Es un canto monódico que entonaban los peregrinos a su llegada a Compostela. Escrito en notación aquitana in campo aperto, por su colocación en el manuscrito en el segundo apéndice y el lenguaje de su texto, se puede extraer que la tradición a Santiago ya era celebrada no solo en España sino en toda Europa.
Hoy en día, la música contenida en este manuscrito es interpretada por agrupaciones de todo el mundo, convirtiéndose en un referente internacional. Pero esto no sería posible sin el previo estudio y análisis de su contenido, asunto que han llevado cabo algunos musicólogos a lo largo de todo el siglo XX.
Una de las primeras veces que se habla específicamente de la parte musical del códice es en el volumen escrito por el presbítero Federico Olmeda a finales del siglo XIX quien, en su Memoria de un viaje a Santiago de Galicia o un examen crítico musical del Códice del Papa Calisto II, hace un repaso especialmente de la polifónica en donde ‘copió los nombres y autores de algunas [obras] y se dio cuenta de que, por lo general, eran a dos voces y había una a tres’. No obstante, en el mismo ejemplar, Olmeda incluye otros nombres de musicólogos que ya habían revisado el manuscrito y que empezaban a arrojar ciertos datos respecto a su origen, notación, etc.
Por otro lado, musicólogos nacionales y foráneos empezaron a mirar con mayor precisión y detalle la música del códice, dejando por escrito sus análisis, estudios y transcripciones. Sin entrar en juicios de valor respecto a la veracidad o fiabilidad del contenido, debemos recordar algunos textos que han sido referentes en el estudio de este manuscrito: Hymnodia Hiberica, Liturgische Reimofficien aus Spanischen Brevieren (1894) de Guido Maria Dreves; Die mehrstimmige Musik der ältesten Epoche im Dienste der Liturgie. Ein mehrstimmiges Sankt-Jakobs-Offizium (1905) deFriedrich Ludwig; The Music of Spanish History to 1600 (1926) de John Brande Trend; Die Gesänge der Jakobusliturgie zu Santiago de Compostela aus dem sog. Codex Calixtinus (1931) de Peter Wagner, de quien debemos acotar que estuvo estudiando el manuscrito con Higinio Anglés durante su estancia en Santiago; oLiber Sancti Jacobi. Codex Calixtinus (1944) de Walter Muir Whitehill y Germán Prado.
El interés y las publicaciones fueron en aumento y la musicología española entra en un nuevo estadio de especialización. El Calixtino se incorpora a los libros de historia de la música y el interés por profundizar en cada pieza a través de su estudio codicológico, notacional, textual e interpretativo da paso a una enorme cantidad de artículos, libros, simposios, congresos, vídeos, grabaciones y conciertos. Entre los mismos, podemos citar el texto de Higinio Anglés Die Mehrstimmigkeit des Calixtinus von Compostela und seine Rhythmik (1962); The Polyphony of Saint Martial and Santiago de Compostela (1992) de Theodore Karp; La polifonía en el Códice Calixtino (2003) de Eva Esteve Roldán; o las actas del congreso celebrado en León en 2010, del que se editó el libro El Codex Calixtinus en la Europa del siglo XII, coordinado por Juan Carlos Asensio, uno de los mayores especialistas en el repertorio del Ars Antiqua.
A pesar de que los resultados de las investigaciones que corresponden a la primera mitad del siglo XX sean, en ocasiones, rechazados por algunos musicólogos, alegando carencias o inconsistencias en los datos, lo cierto es que no deben (ni pueden) ser descartables para los estudios. Si bien es cierto que estamos en un estadio mucho más avanzado en las pesquisas en torno al manuscrito, no podemos dejar de lado esos primeros textos, producidos en una época en la que las dimensiones de distancia, tiempo, acceso y digitalización, distaban de nuestra realidad, pero cuyos resultados han sido indispensables para las investigaciones actuales.
Con respecto a su registro fonográfico, no son pocas las agrupaciones que incluyen piezas de este manuscrito en sus grabaciones. Si tomamos como referencia el artículo de Santiago Ruiz Torres Fonografía del Códice Calixtino: ochenta años de creación y recreación de una sonoridad plenomedieval, observaremos que la grabación más arcaica conocida data de 1930 y fue realizada por la Sociedad Gregoriana de Berlín. A partir de esta fecha hasta 2016, momento en la que se publicó dicho trabajo, se pueden contar un total de 129 grabaciones, entre las que destaca el títulos de dos piezas: el conductus a 3 voces Congaudeant catholici y el himno monódico Dum pater familias.
A pesar de que la mayoría de las grabaciones que encontramos no son monográficas sino que consisten en la inclusión de piezas escogidas en discos de temáticas diversas, sí que hay agrupaciones que han consagrado un trabajo discográfico por entero a este manuscrito, como son Monodies et polyphonies extraites du Codex Calixtinus del Ensemble Venance Fortunat; Vox Iberica I: Sons of Thunder. Music for St. James the Apostle: Codex Calixtinus del grupoSequentia; Jacobus. Codex Calixtinus. Omnis Musica del Coro Ultreia; Compostela. Ad Vesperas Sancti Iacobi. Codex Callixtinus, XIIe siècle del Ensemble Organum; Vox nostra. Codex Calixtinus del grupo gallegoArs Combinatoria; y uno de los más recientes, Jacobus – Codex Calixtinus interpretado por Psallentes.
Pero si las investigaciones y las grabaciones han ido in crescendo a lo largo de los años, lo cierto es que la presencia de este repertorio en conciertos sigue siendo anecdótica, al menos en nuestro país, donde tan solo un número muy reducido de grupos tienen las herramientas suficientes para enfrentarse a este apasionante aunque complejísimo manuscrito.
¡Ultreia e susseia!
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