Después de treinta años componiendo y una potente carrera profesional, a pesar de las circunstancias, 2020 ha sido un año con mucha actividad para esta figura de la composición, tan importante e interesante en el marco de la creación musical actual de nuestro país.
Andrés Valero-Castells (Silla, 1973) es autor de más de un centenar de obras y seguramente uno de los compositores contemporáneos y directores más respetados y reconocidos en España y fuera de nuestras fronteras, con numerosos premios y una gran proyección. En los últimos meses del año nos brinda tres grandes estrenos.
Por Noelia Barros da Cuña
Apuntes biográficos
Andrés Valero-Castells es compositor, director y pedagogo. Se forma en los conservatorios superiores de música de Valencia y Murcia, titulándose en ocho especialidades con cuatro menciones de honor y Premio Fin de Carrera en Composición. Sus profesores más notables han sido Ramón Ramos, Leonardo Balada, Enrique García Asensio, Eduardo Cifre, Manuel Galduf, Vicente Campos, entre otros. Ha asistidos a numerosos cursos de perfeccionamiento y ha obtenido el Diploma de Estudios Avanzado por la Universidad Católica de Valencia. Ha recibido destacados premios y distinciones en Francia, Italia, EE. UU. y España.
Sus obras son interpretadas por todo el mundo de la mano de grandes orquestas, destacados directores y conocidos intérpretes internacionales. Ha dirigido orquestas como la Orquestra de València, ADDA·SIMFÒNICA, Orquesta Sinfónica de Galicia, entre otras, y diversas bandas municipales como las de Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Vitoria, Santiago, o A Coruña, entre otras. De esta última fue director titular.
Cabe destacar que ha dirigido el estreno en España de la Sinfonía núm. 2 de Leonardo Balada, Prayer de Hardy Mertens, Red Cape Tango de Michael Daugherty, Concierto para grupo de rock y orquesta de Jon Lord, Studi per l’intonazione del mare de Salvatore Sciarrino (Ensems 2004) y Accordo de Luciano Berio (Ensems 2013), así como varios estrenos absolutos, destacando la ópera Narayantán de Rafa Mira y Apoteosis de l’escolta(r) de Llorenç Barber (Ensems 2005, 2014). Es académico de la Academia de la Música Valenciana y desde 2004 es catedrático de Composición en el Conservatorio Superior de Música ‘Joaquín Rodrigo‘ de Valencia.
Rachmanirvanoff (Smells Like Prelude) (2019-AV85b)
La obra fue estrenada exitosamente el pasado 29 de septiembre por el magnífico quinteto Spanish Brass en el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia, dentro del 42.º Festival Ensems, el festival de música contemporánea más longevo del Estado que aproxima al oyente a los proyectos sonoros más recientes del panorama nacional e internacional.
Rachmanirvanoff es la versión para quinteto de metal de la obra Smells Like Prelude, encargo de la Diputació de València para ser pieza obligada en el XX Concurso Internacional de Piano de València Iturbi (2017). Se trata de una hibridación del famoso tema Smells Like Teen Spirit de la banda estadounidense Nirvana, compuesto por Kurt Cobain, Krist Novoselic y Dave Grohl, el cual se convirtió en un himno para toda una generación. Al mismo tiempo que esto ocurría, en 1991, Valero-Castells destinaba gran parte de su tiempo de estudio pianístico al magnífico Preludio opus 3 núm. 2 en Do sostenido menor de Serguéi Rajmáninov. Estas dos piezas tienen en común que fueron de los mayores éxitos de sus autores (Cobain y Rajmáninov), ambos las escribieron en su juventud, los dos acabaron no deseando que dicho éxito eclipsara sus otras composiciones y ambos cayeron en una depresión pocos años después de componerlas, aunque por motivos bien distintos.
En cualquier caso, por insólita que pueda parecer la asociación entre dos piezas tan distintas y distantes entre sí, las dos forman parte importante de la biblioteca vital del compositor, tanto que ha decidido combinarlas en una sola creación, tratando de absorber cada gesto musical contenido en sendas partituras para fantasear libremente y fusionarlas en una especie de RachmaNirvanoff. El resultado es un particular y brillante homenaje al 25 aniversario de Nevermind, uno de los discos de rock más importantes de la historia de la banda Nirvana en el contexto de un evento pianístico de primera magnitud como el Concurso Iturbi.
Banksy’s Answer de Sinfonía núm. 6 ‘Grafítica’ (2019-AV90b) para orquesta sinfónica
El 17 de agosto de 2019 se estrenó la Sinfonía núm. 6 ‘Grafítica’ (2018/19-AV90) a cargo de la Banda Sinfónica de la Sociedad Musical La Artística de Buñol, dirigida por el maestro Salvador Sebastiá, en el 46.º Festival Mano a Mano de Buñol, un concierto que se celebra anualmente con las dos sociedades musicales del municipio valenciano.
Banksy’s Answer es el tercer movimiento de la sinfonía, ahora transcrito orquestalmente y estrenado el pasado 28 de octubre en el Palau de Les Arts Reina Sofía de Valencia a cargo de la Orquestra de València, dirigida por el maestro Enrique García Asensio, a quien está dedicada con mucho cariño.
Esta pieza, al igual que el resto de la sinfonía, está en Sol (G-rafítica). Es una obra reivindicativa, pacifista, comprometida con nuestro tiempo y llena de imaginación y creatividad que se vale de referencias al arte urbano y de otras fuentes como la obra de carácter filosófico, tan bella como enigmática, La pregunta sin respuesta, para trompeta, cuatro flautas y cuerda compuesta en 1906 por el compositor norteamericano Charles Ives. Esta obra está construida en tres capas, la trompeta, las maderas y las cuerdas, que nunca se sincronizan del todo, describiendo la eterna pregunta por el sentido de la existencia o la necesidad innata de hacer preguntas metafísicas aunque sepamos que las respuestas están más allá de nuestro alcance. Tomando la revisión que Ives hizo entre 1930 y 1935, Valero-Castells ha utilizado el fondo de cuerda y la pregunta para ser respondida con la música que ha escrito inspirándose en tres pinturas pacifistas del artista urbano inglés Banksy, igualmente filosóficas y bellas, y de ahí el título: La respuesta de Banksy.
La otra referencia implícita en esta pieza es el símbolo creado en 1958 por el diseñador británico Gerald Holtom, un símbolo para una campaña en favor del desarme nuclear, con las letras ND (Nuclear Disarmament) que se ha convertido en el emblema universal de la paz. Por tanto, utilizando una escala octotónica, dispuesta en la esfera del símbolo de forma equidistante, en el orden de las manecillas del reloj, y seleccionando los puntos 1, 4, 5, y 6, obtenemos un pequeño motivo que es utilizado en la segunda pintura, donde se describe en forma de diálogo la lucha amistosa imaginada por Banksy. En la descripción de la primera pintura se emplea un diatonismo consonante que refleja la inocencia subyacente en la imagen. En la música de la tercera pintura, además de combinar elementos de las dos anteriores, el fondo de Ives se grafitea también con una autocita de contenido antibelicista: el tema inicial de la obra Zeffiroso (pieza lenta e íntima para piano creada en 2008 por Valero-Castells como resultado de un profundo deseo contra la guerra):
Concierto Galdosiano (2020-AV93) para dos trompetas y orquesta (núm. 3)
Obra escrita por encargo de la Fundación SGAE y la AEOS, a propuesta de la Orquestra de València, que será estrenada el 10 de noviembre en el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia, a cargo de los solistas Francisco Javier Barberá y Raúl Junquera, la Orquestra de València y bajo la dirección del maestro Leopold Hager.
Este año 2020 se celebra el centenario de la muerte de uno de los escritores más insignes de la historia de la literatura: Benito Pérez Galdós. Por ello, este concierto está dedicado a su memoria, basado en dos de sus relatos breves. Al mismo tiempo la obra está dedicada a Julio Andrade Malde, crítico musical fallecido durante la presente pandemia y buen amigo de Valero-Castells.
I.- Celinina
El primer movimiento, Celinina, está basado en el cuento de Navidad La mula y el buey, que Galdós escribió en 1876. Con esta pieza trata de reflejar la tragedia de la muerte de la niña, que evoluciona desde el lamento inicial hasta el conmovedor ascenso al cielo de su alma, eso sí, después de conseguir sus juguetes preferidos: la mula y el buey del belén navideño. El lamento, que funciona a modo de introducción, queda reforzado por la metamorfosis tímbrica del sonido brillante al oscuro de las trompetas; a continuación, se desarrolla una música que pretende evocar la tristeza fúnebre, y en la segunda y última sección la elegía da paso a la inocencia infantil de la niña jugando y volando hacia su nuevo destino. La imagen sonora con la que concluye trata de reflejar un cielo estrellado en el que viven eternamente las almas de los niños.
Los centros tonales utilizados son los de Do menor, Sol menor y Mi bemol mayor. Para todo ello las referencias musicales utilizadas has sido las siguientes: Galdós, que también fue músico, sentía verdadera devoción por Ludwig Van Beethoven, de quien este mismo año celebramos el 250 aniversario de su nacimiento. Según el especialista en Galdós Vernon A. Chamberlin, era tal la admiración que sentía por Beethoven que escribió su obra maestra Fortunata y Jacinta siguiendo el plan estructural de la Sinfonía núm. 3 ‘Heroica’. Por esta razón, utiliza el tema principal de la marcha fúnebre del segundo movimiento de la ‘Heroica’ beethoveniana. Dicho tema aparece en tres ocasiones, y suena superpuesto con un fragmento del Estudio característico núm. 2 para trompeta de Jean Baptiste Arban, pedagogo, cornetista y director de orquesta, que en 1865 dirigió una serie de conciertos en Madrid, interpretaciones que Galdós recogió en sus críticas periodísticas.
Después de la primera aparición del tema fúnebre, se sirve de la segunda sección de la obra Gabadafà (obra de Valero-Castells para trompeta y marimba que obtuvo una ‘Segnalazione’ del jurado en VII Internacional Concurso de compositores Città di Pavia en 2002, y que está editada en París por Gérard Billaudot Éditeur) en la que creó dos breves temas, descomponiendo en una doble capa un ejercicio muy apreciado por los trompetistas, que proviene del Estudio núm. 2 del método que Herbert L. Clarke escribió en 1912. Este material temático se entremezcla con las fuentes anteriormente explicadas.
Para la segunda sección de Celinina, se emplea la primera frase del tercer movimiento del Septeto opus 20 que Beethoven compuso en 1799 y que Galdós describió en una de sus crónicas de 1886, poniendo de manifiesto el culto que rendía al genio de Bonn:
‘Su gran Septeto, adaptado a orquesta por Monasterio, es, a mi parecer, la cúspide de la inspiración musical y el punto más alto al que puede llegar entre los humanos la interpretación o la adivinación de lo divino…’.
Otra de las citas que podemos encontrar en perfecta conjugación con el minueto del Septeto es la primera semifrase del segundo movimiento del Concierto en Mi bemol para trompeta de Franz Joseph Haydn, una música muy apreciada por los trompetistas.
Por último, todavía podemos reconocer a un invitado más en esta ceremonia trompetística por la niña galdosiana. El motivo que abre el popular Concierto escrito para trompeta y orquesta de Alexander Arutiunian, de quien también este año 2020 se celebra su centenario, inicialmente utilizado de forma textural, y a lo largo de Celinina como elemento estratégico unificador, casi siempre como gesto anacrúsico.
II.- El carpintero y el duque
El segundo movimiento, El carpintero y el duque, está basado en el relato Una industria que vive de la muerte; episodio musical del cólera, que Galdós escribió en 1865. Ese año, además de escribir las críticas de los concierto dirigidos en Madrid por Jean-Baptiste Arban, Galdós vivió muy de cerca una de las terribles pandemias de cólera que tuvieron lugar en el siglo XIX. En este segundo tiempo del concierto hay algún gesto descriptivo, como recrear inicialmente el sonido del martillo y los clavos del carpintero fabricando ataúdes, o el trinar de los pájaros hacia el final, aunque el sistema sonoro utilizado es más abstracto que en el movimiento anterior. Los dos sonidos predominantes, que actúan como centros, son el Fa y el Do (pensando en una especie de F-antasía sobre el C-ólera). A partir de dichos sonidos, el fluido melódico está originado por un sistema de transformación de texto en sonido, basado en la mecánica del popular juego de mesa Scrabble.
Tal como nos explica el compositor, este sencillo sistema consiste en aplicar a cada letra un valor numérico que influye sobre su duración y su altura. Normalmente se subraya la sílaba tónica de cada palabra y, al ir encadenando sonidos, el mayor o menor valor del inmediato anterior provoca un descenso o aumento de altura. Una vez obtenido el motivo sonoro en cuestión, puntualmente se le aplican procedimientos puramente musicales, como la inversión interválica, la aumentación o disminución de valores, la ornamentación de diferentes modos, o la combinación canónica. Según va avanzando el movimiento, los motivos derivados de la transformación se convierten en el flujo de un sarcástico vals, a modo de danza macabra, que en su última parte alberga una doble cita musical. Escucharemos una referencia amalgamada a los estribillos de dos canciones con el mismo título: Resistiré, la que popularizó el Dúo Dinámico en 1988 y se ha convertido en una especie de himno oficial de la sociedad española por la crisis sanitaria derivada de los eventos pandémicos que estamos viviendo; y el otro Resistiré (que sirve igualmente como himno), se trata de la canción que popularizó el grupo de rock Barón Rojo en 1982; además, esta mítica banda también está de aniversario en 2020, puesto que cumplen 40 años de carrera.
Aunque muy de pasada, también cabe citar el guiño al motivo inicial del tercer tiempo del Concierto en Mi o Mi bemol para trompeta que Johann Nepomuk Hummel que escribió en 1803. Sin duda, otra de las obras emblemáticas del repertorio de todo trompetista.
Las dos piezas que componen este concierto están basadas sobre dos cuentos del mismo autor en los que, entre otras coincidencias, ambos protagonistas mueren, y los dos son enterrados con su objeto más significativo entre las manos. En el caso de Celinina las figuritas de la mula y el buey, y en el caso del carpintero el martillo con el que creó su última obra: el ataúd que iba destinado al duque y en el que fue enterrado.
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