Saber conectar la parte emocional de los alumnos con el contenido curricular es una cuestión que preocupa desde hace años en la educación. Pero, ¿se tiene presente en la educación musical? Entender cuál es el rol del docente en el aula de instrumento y cómo se establece una sinergia en clase con su alumno nos ayuda a entender el proceso académico y personal que se desarrolla en nuestras aulas de música.
Por Isabel Cardona Valero, directora pedagógica de Endomúsica
Son muchos factores los que intervienen en un aula de instrumento de conservatorio y que hay que tener en cuenta para diseñar, planificar e impartir una clase. Los mismos con los que hay contar cuando seleccionamos a los profesores que van a estar a cargo de esa aula. En muchas ocasiones me he preguntado cuál es el porcentaje de músico y cuál es el porcentaje de pedagogo que deben tener los docentes en los conservatorios. Vamos más allá… ¿Necesito al mismo perfil de profesor en un conservatorio profesional y en conservatorio superior? En este artículo vamos a ver cómo juegan en el aula las variables ‘músico’ y ‘pedagogo’ en la figura del profesor. Para ello, vamos a contar también con la opinión de Carlos J. Fernández Cobo, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y profesor del Conservatorio Profesional de Música ‘Victoria de los Ángeles’, y Luis del Valle, profesor del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y concertista internacional. Todo lo que voy a exponer en este artículo son opiniones basadas en el pensamiento de Piaget y Vygotsky y en la corriente pedagógica del constructivismo.
Antes de nada, vamos a concretar a qué nos referimos con la variable ‘músico’ y con la variable ‘pedagogo’. Cuando hablamos de un músico nos estamos refiriendo a lo que sabe el profesor en cuanto a técnica instrumental, cultura y estilos musicales, interpretación, etc. Es decir, todo lo que tiene que ver con aspectos musicales y que nos ayudan a defender un concierto de Mozart, una fuga de Bach o un nocturno de Chopin, por ejemplo. Con la variable ‘pedagogo’ nos referimos a todos aquellos aspectos pedagógicos que intervienen en una clase de música en general y, en este artículo, de instrumento en particular. Pueden ser herramientas pedagógicas del profesor, recursos educativos para trabajar ciertos aspectos técnicos de distinta manera, diferentes métodos para adaptar la clase a cada circunstancia y, por supuesto, herramientas para atender las necesidades personales que cada alumno traiga a clase. No, no creo que el profesor de instrumento sea un psicólogo, pero sí es cierto que la clase tiene una ratio 1:1 y que vas a estar viendo crecer a tu alumno (académica y personalmente) durante diez años en el conservatorio profesional o durante cuatro años en el superior.
Sabiendo esto, se nos dan cuatro perfiles de docentes, grosso modo, cuando cruzamos las variables ya mencionadas. Nos vamos a ayudar del siguiente gráfico para ver los distintos perfiles de docente:
- Perfil 1: con un nivel alto de pedagogía, pero no tan buen músico, puede que no domine el instrumento musical como para cubrir el currículum y poder dar al alumno el nivel musical necesario.
- Perfil 2: las dos variables están con un nivel alto, por lo tanto, el docente cubre las necesidades musicales y pedagógicas que requiere una asignatura como instrumento.
- Perfil 3: cuando el nivel de pedagogo es bajo y el nivel de músico es bajo, claramente el aprendizaje en el aula no se avala por ninguna de las dos partes.
- Perfil 4: un nivel de músico alto con un nivel bajo de pedagogía podría no tener en cuenta las necesidades de sus alumnos, pero sí exigir el nivel de excelencia buscado en los conservatorios.
A priori, podríamos pensar que el perfil 4 se ajusta a un docente de grado superior y el perfil 1 a un docente de grado elemental. No es raro en el mundo de las clases magistrales encontrarnos a profesores con un gran currículum musical y que son concertistas internacionales, pero en clase no saben transmitir a los alumnos su forma de tocar o su musicalidad (perfil 4). Sobre el perfil 1, lo que puede suceder es que trate de justificar pedagógicamente las carencias de sus alumnos, cuando lo que realmente ocurre es una falta de exigencia. Vemos que lo ideal sería tener profesores del perfil 2, ¿resulta sencillo encontrar a profesores de ese perfil? Lo cierto es que es muy complicado, pero esto lo podemos tratar en otro artículo e incluso podríamos hacer una tesis doctoral sobre ello.
Si utilizamos términos pedagógicos, lo que hemos tratado acerca de atender las necesidades personales de los alumnos es lo que llamamos ‘acción tutorial’. Según la LOGSE, ley que se redacta en 1990 y por la cual se rigen los conservatorios (treinta años después podríamos actualizarla, ¿no? Perdón, esto también es otro artículo) las funciones que tienen que ver con acción tutorial la desarrollan los profesores-tutores, es decir, los profesores de instrumento en su aula.
Todo esto es la teoría… ahora bien, ¿qué ocurre en las aulas de los conservatorios?
Comencemos por los conservatorios profesionales: en cuanto a acción tutorial, lo más característico del desarrollo personal de los alumnos y alumnas de estos centros es la fase de la adolescencia.
Carlos insiste en la idea de conectar con el alumno; su mochila personal es nuestra oportunidad para dotar de emoción a su interpretación musical. Este acto de preocuparnos por la parte personal del alumno, por conectar con él y lograr que él conecte con el contenido de la clase, hace que su aprendizaje pueda estar orientado a conseguir una interpretación con una intención interpretativa, y no a la formación de un músico virtuoso que carezca de interpretación emocional.
‘No se puede trabajar Schumann, por ejemplo, con un alumno de 12 o 14 años hablándole de Romanticismo, pasión, etc., si todavía no ha sentido estar enamorado, aunque sea platónicamente, o si no ha sentido dolor por perder a alguien querido’
Carlos Fernández Cobo
Tener presente la evolución emocional y personal de nuestros alumnos nos ayuda a adaptar el repertorio a su situación y que su evolución musical esté conectada a su evolución personal. La selección del repertorio adecuado tiene como objetivo potenciar sus virtudes y corregir sus carencias. Al final, poder trabajar el contenido curricular de forma eficiente y coherente en su desarrollo depende de que la función de acción tutorial se haya desarrollado en el aula.
Hasta ahora, sabemos que esto de la acción tutorial y atender la parte personal son necesarios en conservatorios profesionales. Podemos suponer que en los conservatorios superiores esto es menos necesario, que el alumnado ya tiene su propia gestión emocional. Una de las críticas que puede recibir el perfil 1 de profesor (más nivel de pedagogía y menos nivel de músico) es una baja exigencia en nivel musical, lo que puede suponer un problema, sobre todo en un conservatorio superior. Consultamos a Luis del Valle sobre su experiencia en la enseñanza superior y las necesidades actuales que encuentra en los conservatorios superiores hoy en día.
¿Qué lugar ocupa la excelencia en los conservatorios superiores?
‘La exigencia musical no se puede conseguir dejando de lado la parte personal del alumno’
Luis del Valle
Luis cuenta que, como profesor de conservatorio superior, es consciente de que el alumno tiene que cumplir unos mínimos curriculares y que hay que tratar de que el alumno llegue a desarrollar todo su potencial musical porque tiene que saber defender obras musicales y conciertos complejos, ya que están preparando a personas que van a desarrollarse laboralmente como músicos profesionales.
A su vez, también es consciente de que los alumnos llegan a clase con sus problemas personales y que les puede afectar en el rendimiento musical y que la tarea de un profesor no trata solo dar contenido musical al alumno sino de dotarlo de herramientas para crecer como persona. Le preguntamos sobre el docente necesario en un superior y lo describe como un docente con dominio de su instrumento y con un recorrido profesional musical en activo, lo que permite ser realista el mundo laboral musical actual.
La idea de que trabajar la parte personal del alumno en el aula hace que perdamos tiempo de trabajar el contenido musical está ya obsoleta. Está demostrado que, si no conectamos la parte personal del alumno con el contenido curricular, el aprendizaje no se realizará de forma significativa y el contenido musical estará carente de sentido.
En conclusión y tomando las palabras de Carlos para responder al título de este artículo:
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