El próximo domingo 27 de enero, el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) recibe de nuevo en su Ciclo Universo Barroco programado en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Música de Madrid a Thomas Hengelbrock al frente del Balthasar-Neumann-Chor&Ensemble.
En esta ocasión interpretarán un programa protagonizado por el Réquiem de Mozart, acompañado de la Missa superba de Johann Caspar Kerll (1627-1693), compositor muy respetado en su tiempo al que Bach tuvo enorme aprecio.
El Réquiem de Mozart, obra magna de la música occidental, tuvo su origen en el encargo que le hizo a Mozart el joven conde Franz von Walsegg, músico aficionado y casero de Michael Puchberg, amigo masón y principal apoyo financiero del compositor salzburgués.
Mozart se dedicó a cumplir el encargo con menor intensidad de lo que ha querido hacer ver cierta leyenda literaria, ya que en aquel tiempo tuvo que hacer frente a la escritura de una ópera completa, La clemenza di Tito, para la coronación del emperador Leopoldo II en Praga, y a los retoques finales para el estreno de La flauta mágica. No obstante, en los años inmediatamente anteriores, el interés de Mozart por la música sacra se había reactivado.
El conde Walsegg había pagado una importante cantidad por adelantado, así que, a la muerte del compositor, Constanza, su viuda, buscó la ayuda de los más cercanos discípulos de su esposo para completarla. Fue entonces cuando Franz Xaver Süssmayr asumió el reto de concluir esta magistral obra.
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