19 fragmentos, Lieder, arias de ópera, música escénica y religiosa
Diversos acompañantes, solistas y orquestas
DECCA 468 818-2
Un largo recorrido por la historia de la música, que va desde el siglo XVI, con John Dowland, a nuestros días, con André Previn, que interviene al piano en su Vocalise con Sato Knudsen al violoncello, pasando por Henry Purcell, Johan Sebastian Bach, Giovanni Pergolesi, W. Amadeus Mozart, Gaetano Donizetti, Robert Schumann, Edvard Grieg, Jean Sibelius. Richard Strauss, Alban Berg. Carl Orff y Andrew Lloyd Webber, ordenados en rigurosa sucesión cronológica, porque no hay preferencias en las que insistir, algo que viene definido por la selección misma de compositores. Todos cuentan, porque para Barbara Bonney, que se atenía a sus preferencias -“renacentistas, barrocos y lieder, nunca ópera”- el panorama se abrió de pronto a lo escénico para un nombre que no está en la lista de las grandes tentaciones, Otto Nicolai.
La visión es bastante completa, como una prueba de distintas facetas, en la que trata y consigue convencer de su variedad de registros. Es sutil en Dowland y Purcell y conmovedora con Pergolesi para confirmar su doble prestigio con Mozart, el que sabe lograr con el Mozart religioso y el operístico. Bien en el Lied, muy bien habría que decir, con la expresión en Schumann y el reconocido dominio de los compositores nórdicos, tras una experiencia vital de varios años conviviendo con su música y su paisaje. Está presente en su interpretación de Solveig y las canciones menos famosas de Sibelius. El puente sobre el Strauss de los Lieder (Morgen) y el de la ópera (El Caballeero de la Rosa), con la colaboración de la mezzo-soprano Susan Graham y la Sinfónica de Viena, dirigida por Christoph Eschenbach, nos trae su voz al más próximo siglo XX, con músicas de Alban Berg y Carl Orff. Finalmente, el Pie Jesu del Requiem de Andrew Lloyd Webber para alcanzar al ya mencionado André Previn con el que cierra.
Cuenta con una larga lista de ilustres acompañamientos, algunos ya citados y otros representables en The Academy of Ancient Music, liderada por Christopher Hogwood, o con Vladimir Ashkenazy o Antonio Pappano al piano, entre otros. Un registro lleno de buena música, bien dicha, que no recurre a fuegos artificiales de moda.