Al tiempo que las piernecillas blancas de Sam desaparecen por el conducto de la chimenea, Black Bob brama aterrador: ‘¡Limpia ese tubo o te asaré vivo!’. ‘¡Gánate la vida, chico!’, grita el ayudante Clem. En The Little Sweep (El pequeño deshollinador) Britten reformula para un público infantil su preocupación por el sufrimiento y la opresión, temáticas recurrentes en su producción operística.
Por Alejandro Santini Dupeyrón
Britten, pasión por la ópera
‘Una vez me dijo que nunca tuvo un pensamiento puramente musical sin relación con un contexto verbal’
Robert Duncan, libretista de The Rape of Lucretia
Desde el estreno en 1941 de Paul Bunyan, opereta con libreto del poeta Wystan Hugh Auden, hasta Death in Venice, con libreto de Myfanwy Piper inspirado en la novela homónima de Thomas Mann, estrenada en 1973, Britten estuvo ocupado de manera casi ininterrumpida en la composición de música escénica, llegando a completar un total de diez óperas, incluidas una brillante adaptación de ópera-balada dieciochista de John Gay, The Beggar’s Opera, en 1948, y dos óperas infantiles en un acto, The Little Sweep y Noye’s Flud, estrenadas en 1949 y 1958, respectivamente.
Sin embargo, no fue hasta el inmenso éxito de público y crítica reportado por la historia del marinero Peter Grimes, acusado de sadismo y crímenes, en el Sandler’s Wells londinense bajo la dirección de Reginald Goodall (un wagneriano y pro alemán recalcitrante durante y aun después de la guerra), en julio de 1945, cuando Britten considera comprometerse con la creación operística. Poseía una experiencia amplia como compositor de canciones, género que responde en esencia al desarrollo de una idea poética preexistente e inalterada por el músico. La ópera, por el contrario, brinda posibilidades de involucración más directa e íntima en la creación de un texto que se interpreta y representa, y cuya plasmación musical supone la encarnación de esta implicación personal.
Britten colaborará con todos sus libretistas desde la idea o texto original hasta el libreto plenamente conformado, convencido de que el trabajo conjunto es uno de los secretos para escribir una buena ópera: ‘El compositor y el poeta deben […] trabajar juntos en el contacto más próximo, desde las etapas más preliminares hasta la primera noche’ (Del Prólogo a la partitura vocal de Lucretia).
Siguiendo esta máxima participa en el texto de Montagu Slater, libretista de Peter Grimes, junto a Ronald Duncan, también poeta y escritor —será él quien resuelva los problemas surgidos a Montagu—, el director teatral Eric Crozier y el tenor Peter Pears. Deslumbrado por las ingeniosas propuestas de Duncan (a quien, por otra parte, conocía desde mediados de los años 30, cuando compuso la Pacifist March para coro y orquesta, dedicada al movimiento en que militaban el poeta y su esposa, ambos comunistas), volverá a recurrir a él en 194 para el libreto de The Rape of Lucretia. El tema de la violación de la hermosa y casta romana por el príncipe Sexto Tarquino había sido sugerencia de Crozier al compositor; sin embargo, dada la escasa experiencia del director teatral como libretista, Bitten prefiere confiar el trabajo a Ducan. En agosto de 1945 escribía a Pears: ‘Estoy muy encariñado e impresionado por Ronni, y estamos hablando mucho sobre la ópera. Creo que podemos convertir a Lucretia en una pieza encantadora’. Un cariño que no impide, finalizada la ópera, que las discrepancias entre ambos lleven al compositor a dar por terminada una exitosa relación profesional.
De nuevo es Crozier quien propone a Britten la temática del siguiente proyecto escénico. Albert Herring, una ‘parábola de opresión’ basada en un cuento de Guy de Maupassant es, en muchos sentidos, el contrapunto cómico a la trágica historia de Lucretia. Compuesta para el English Opera Group, conjunto fundado por Britten y Crozier para el recién creado Festival de Aldeburgh, la ópera se estrena en junio de 1947. Dos años más tarde, sube a escena en el festival The Little Sweep.
En Billy Budd, de 1951, última colaboración entre el compositor y Crozier, Este desempeñará una función subsidiaria e incómoda. De asesor dramático del libretista, el anciano novelista E. M. Foster, se convierte en colibretista e intermediario entre Britten y Foster cuando las tensiones entre ambos conviertan la relación en insostenible. La novela homónima de Herman Melville presentaba retos considerables de cara a la versión dramática: personajes masculinos (habrá dieciséis solistas, más coro, en la ópera), confinados en la cubierta de un buque de guerra y con un protagonista ocasionalmente tartamudo. La admiración por la obra literaria de Foster condujo a Britten a contar con él consciente de su desconocimiento absoluto de la tarea del libretista, pero su falta de sentido musical, oído nulo, fue una sorpresa inesperada.
Para Gloriana, su sexta ópera, estrenada en el verano de 1953, Britten cuenta con William Plomer, un libretista comprensivo y flexible, que responde a todas sus necesidades. Desde mayo del año anterior, ambos trabajan de manera frenética en la ópera. La premura por completarla para el Covent Garden en el plazo estipulado, obliga a Britten a musicar secciones para las que Plomer aún no había escrito el texto. Con todo, el interés común en las ideas más que en las palabras, hace de esta colaboración un éxito.
Antes de escribir una sola nota de Gloriana, Britten había comenzado a trabajar con la crítico de arte Myfanwy Piper en el encargo de la Bienal de Venecia para el English Opera Group. La ópera de cámara The Turn of the Screw, basada en el relato de Henry James, se estrena en la Bienal de 1954. Piper adaptará para Britten otro texto de James, Owen Wingrave, cuya ópera es retransmitida por la BBC en mayo de 1971, y la antes citada Death in Venice. Entretanto habrán sido representadas, Noye’s Fludde, un misterio medieval del ciclo oxfordiano con el texto de edición de Alfred W. Pollard, y la adaptación de A Midsummer Night’s Dream de Shakespeare, realizada por el propio Britten con la ayuda de Pears —que reserva para sí el papel de Lysander— en 1960. Será este el primero y único trabajo del compositor como libretista.
Tom, Jennifer y Sam
‘When my mother died I was very young, | and my father sold me‘
William Blake, The Chimney Sweeper (El deshollinador)
Del 5 al 13 de junio de 1948 tuvo lugar el primer Festival de Música y Artes de Aldeburgh. El variado programa de conciertos corales, orquestales y de cámara, recitales, exposiciones y conferencias había comenzado con el estreno de la cantata Saint Nicholas, dirigida por el propio Britten, al igual que las tres representaciones de Albert Herring programadas en el festival. A las pocas semanas el compositor emprende una extenuante gira de conciertos por Inglaterra y Europa con el English Opera Group, antes de entregarse a una gira de recitales con Pears por Holanda donde, en diciembre, con motivo de una molestia gástrica, le diagnostican agotamiento nervioso y prescriben descanso durante tres meses. En marzo, sin haberse recuperado del todo, sale de nuevo de gira con Pears por Norteamérica y concluye la SpringSymphony, dedicada a la Boston Symphony Orchestra y su director, Serguéi Koussevitzky (que había encargado la obra años antes). Pero antes de ultimar la partitura y enviarla al editor, debe centrarse en la composición una nueva ópera para Aldeburgh, de cuya segunda edición separan ya pocas semanas.
Crozier dejará constancia del momento exacto en que hablara por primera con Bitten de hacer una ópera de cámara en la que actúan niños: fue ‘en un remonte casi vacío que descendía una tarde por las laderas de Zermatt [Cantón de Valais, Suiza]. En aquel momento (principios de febrero de 1947) no podíamos pensar en una historia, pero más o menos dieciocho meses después, tras el éxito del primer Festival de Adelburgh, la idea surgió de nuevo como posibilidad clara para el próximo verano’ (Carta a Erwin Stein, editor de Britten; agosto de 1948).
Sobre las mismas fechas el libretista sugiere al compositor pensar una situación crítica de peligro que los niños logren superar con responsabilidad y cooperación. Desde una perspectiva formal, ambos deseaban repetir la fórmula de espectáculo puesta en práctica con la cantata Saint Nicholas, en la que intervenían cantantes profesionales y amateurs, adultos y niños, y donde también intervenía el público como coro.
El borrador inicial de Crozier presentaba una familia de niños músicos obligados por sus mayores a ensayar una ópera de repertorio para impresionar a una compañía profesional de ópera visitante. El fracaso bochornoso de la representación infantil lleva a Mr. Tennison, compositor local, a escribir una ópera específica al alcance de los niños. En dicha ópera, los amigos protagonistas, Tom y Jennifer, son cruelmente separados por el malvado Mr. Bell, padre del propio Tom. Este y los demás niños, ayudados por la ingeniosa madre de Jennifer, Mrs. Massey, rescatan a la niña arruinando los planes Mr. Bell.
Opresión e injusticia, ligadas a consideraciones más o menos elaboradas sobre el poder, el mal, la inocencia y el sufrimiento son temáticas omnipresentes en las óperas Britten. Pero historia de Crozier precisaba de una dimensión más específica. Tom debió recordarle a Britten al pequeño deshollinador protagonista del popular cuento victoriano The Water Babies (1863) del reverendo Charles Kingsley, cuya versión dramática representara en el Sparrow’s Nest Theatre, acompañado por su madre, cuando era niño.
En la variada temática del cuento, figura el reproche de Kingsley al trabajo infantil propio de su época de juventud (no fue hasta 1840 cuando se prohibió emplear como deshollinadores a menores de 16 años); crítica que de manera más desgarrada hiciera William Blake en la generación anterior.
El niño deshollinador Tom Drace y sus penosas condiciones de vida, descritas por Blake en los dos poemas de The Chimney Sweeper (‘When my mother died I was very young‘ y ‘A little black thing among the snow‘) presentes en el poemario Songs of Innocence and Songs of Experience (1794), fuente de inspiración para Kingsley, inspirarían también a Crozier para The Little Sweep por deseo expreso de Britten. El Tom Drace de Blake, el Tom de Kingsley, será el Sam, Sammy, del libreto de Crozier: el pequeño y asustado aprendiz de deshollinador que encuentra la liberación de un mundo de miseria e injusticia gracias a la acción decidida de otros niños.
The Little Sweep en el contexto de Let’s Make an Opera!
The Little Sweep, primera ópera de Britten compuesta ex profeso para estrenarse en el Jubilee Hall de Aldeburgh durante el festival, fue concebida como colofón de Let’s Make an Opera(¡Hagamos una ópera!), ‘divertimento para jóvenes’ en tres partes. En la primera parte, un grupo de aficionados a la ópera se reúne para escribir su propia obra; en la segunda tiene lugar el ensayo musical del público, que actuará como coro durante la representación; la tercera parte es la ópera en sí, The Little Sweep, estructurada en tres escenas. Ya durante las representaciones del festival Britten se percata de que la ópera funcionaría perfectamente como pieza independiente; la introducción didáctica, de hecho, llegaría a disgustarle; y aunque él y Crozier hicieron varios intentos por reescribirla, dejaron el espectáculo tal como se había estrenado.
La acción de The Little Sweep se desarrolla en Iken Hall, un pequeño pueblo del condado de Suffolk, en el año 1810. Los personajes ideados por Crozier son arquetípicos. Encontramos al malvado desencadenante de la acción, el brutal maestro deshollinador Black Bob. A este acompaña su asistente y secuaz Clem. Está luego Miss Baggott, ama de llaves en casa de la familia Brook, fastidio de los niños y colaboradora de Black Bob. La institutriz Rowan, portavoz adulto de los niños, combate las injusticias del maestro deshollinador. Los niños Brook son Julie, Gay y Sophie. Sus primos Johnnie, Hugh y Tina Crome están de visita en casa de los Brook. Por último está Sam, Sammy, de unos 8 años, protagonista de la injusticia y redención de la historia. El nombre de los personajes infantiles lo toma Crozier de los cinco hijos de Felicity Granbrook, conocida suya y de Britten residente en Iken Hall, y de los primos de estos, los también niños Johnathan y Samuel, residentes en las cercanías de Alderburgh.
Acuciado por el escaso tiempo que le separa del estreno, Britten trabaja sin descanso. El elenco instrumental previsto lo integra un cuarteto de cuerdas, un dúo de piano y percusión. Compone durante todo el día y emplea las noches pasando a limpio lo escrito. ‘No me detengo a pensar en lo que estoy haciendo o cómo es —escribe a Pears—, ¡porque tengo que entregar parte de la partitura el lunes a Erwin!’ (Carta del 8 de abril de 1949). Pears no desempeñará papel alguno en la concepción, composición o estreno de la ópera. Es la primera vez. Britten se muestra disgustado por ello; aunque admite que también le divierte, porque sus exigencias vocales son menos extravagantes.
Momentos destacados de The Little Sweep
Antes de la llegada a Iken Hall de Black Bob (Bajo), Clem (tenor) y Sam (tiple), el Coro (público) canta The Sweeps’s Song (La canción del deshollinador). En casa, los niños (tiples) juegan al escondite. Black Bob y Clem (Duet. Moderato ma terriblibe) ordenan a Sam que suba a limpiar la chimenea del cuarto de los niños: ‘Now, little white boy‘ (‘Ahora, pequeño niño blanco’). Al descender temeroso por la chimenea Sam se queda atascado y grita pidiendo ayuda. Los niños rescatan a Sam (Ensemble. Presto agitato): ‘Is he wounded?‘ (‘¿Está herido?’), quien les ruega que no lo devuelvan a la chimenea.
Para protegerlo de los deshollinadores, los niños dejan un rastro de huellas de hollín que conducen a la ventana y esconden a Sam en el armario de los juguetes (Marching Song. Vivacce). Entran Miss Baggott (contralto), Black Bob y Clem buscando a Sam (Trio. Allegro pesante), pero son engañados por el falso rastro. Apenas salen, entra en el cuarto la institutriz Rowan (soprano), preocupada por la suerte de Sam (Aria. Agitato). Los niños, que la escuchan, deciden sincerase con ella. La institutriz les ayudará proteger a Sam. Pero antes, negro de hollín como está, hay que darle un baño (Coro. Sammy’s bath. Vivace).
Hecho esto, los niños reparan en que Sam está muy triste (Ensemble. Andante mesto): ‘O why do you weep through the working day?‘ ‘(Oh, ¿por qué lloras durante el día de trabajo?’). Sam quiere volver a casa con sus padres, quiere volver a jugar. Hay que devolverlo con ellos. Pero ¿cómo? Los niños tienen la solución: a la mañana siguiente, cuando los primos Crome regresen a su hogar, se llevarán a Sam escondido en un baúl del equipaje. De improviso, Miss Baggott irrumpe en la habitación ordenando a los niños recoger los juguetes (Pantomima y Scena. Presto furioso); y a punto está de descubrir a Sam de no ser por el desmayo que simula una niña delante de ella (Finale, allegro).
Es el momento de partir. Mudo e inmóvil, Sam permanece oculto en el baúl. Se produce un momento de angustia cuando el cochero Tom y el jardinero Alfred, incapaces de cargar el baúl en el coche, sugieren aligerarlo. Aparecen entonces los niños con Rowan, dispuestos a ayudar, y entre todos levantan el baúl (Trio and ensemble). Con la última intervención coral, Coaching-Song (Canción del cochero. Finale, allegro) todos celebran la huida de Sam.
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