Se cumplen 300 años de su fallecimiento
Aunque los bicentenarios de Wagner o Verdi lo hayan eclipsado, en 2013 se cumplen 300 años del fallecimiento genio musical Arcangelo Corelli (ver Melómano nº 182). De hecho, en su Rávena natal no lo han olvidado y han empezado ya algunos actos conmemorativos.
Arcangelo Corelli nació en Fusignano, provincia de Rávena, el 17 de febrero de 1653 y viajó a Bolonia cuando era muy joven para estudiar violín con destacados maestros, entre quienes despertó gran interés por sus aptitudes.
En 1675, se trasladó a Roma, lugar donde obtuvo cierta notoriedad, lo cual le sirvió para ser recibido por la reina Cristina de Suecia en 1679, de este modo entró al servicio del cardenal Pietro Ottoboni.
Corelli dedicó sus primeros años de carrera musical a la dirección y la composición, creó una obra escasa pero valiosa por su influencia en la historia de la música. Su obra fue insólita para la época, pues alimentó la música instrumental, con preferencia al violín, dándole un tono dramático.
También se destacó por ser un profesor ejemplar, con él se formaron Geminiani y Antonio Vivaldi y su música ejerció una valiosa influencia sobre Bach.
Encabezó la vida musical de Roma durante treinta años, como violinista y dirigiendo en algunas ocasiones actos de gran importancia pública. Su estilo fue ampliamente imitado y proporcionó un modelo.
Corelli murió el 8 de enero de 1713 en Roma, y dejó tras de sí una gran riqueza, en el año 59 de su vida. Pero mucho antes de su muerte, le había dado un lugar entre los inmortales músicos de todos los tiempos, y mantiene esa posición exaltada hoy. Fue inhumado en el Panteón de Roma.