El nuevo programa de exámenes de canto de Trinity (Singing 2018-2021 syllabus) se ha creado para alentar a los alumnos a explorar la mayor variedad posible de canciones, lo que les permite desarrollar su propia identidad musical a la vez que se convierten en artistas completos y versátiles. Esto incluye una amplia gama de estilos e idiomas.
El repertorio de canto incluye canciones en inglés, italiano, checo, alemán, francés, español, galés, húngaro y ruso.
En esta publicación, parte de la serie Talk Trinity, la solista profesional y cantante de ópera, Vanessa Heine, explica por qué poder cantar en una variedad de idiomas es una parte crucial del desarrollo de su propia identidad como cantante:
Cantar para mí se trata principalmente de dos cosas: expresión y descubrimiento, y aprender a cantar en diferentes idiomas es una parte esencial de eso. Ya seas una persona joven que estudia para su examen de Grado 6 o alguien que ha estado cantando profesionalmente durante toda su vida, lo único que uno no quiere hacer es limitarse. Cuando se canta solo en inglés, se limita la riqueza del repertorio disponible. La voz como instrumento es tan increíblemente versátil y personal que toda oportunidad para probar algo nuevo debe ser incentivada. Parte de la alegría de ser una cantante profesional es la variedad de cosas que puedo probar, los descubrimientos que aún hago en mi propia voz y estilo son infinitos. El lenguaje siempre será una parte importante de mi viaje como cantante.
Cuando comencé mi entrenamiento vocal, mis idiomas favoritos para cantar eran alemán y francés. Sin embargo, soy una gran creyente en atreverme a salir fuera de mi zona de confort tan a menudo como sea posible, y con los años he tenido la suficiente suerte de cantar en latín, italiano, ruso, checo, polaco, hebreo, español, galés y varios idiomas inventados, ¡incluso fingir cantar en arameo! Lo que aprendí rápidamente es que cada idioma viene con su propio conjunto de desafíos y beneficios técnicos. Cuando se canta en italiano, por ejemplo, se tiene que lidiar, a veces, con hasta cuatro vocales diferentes en una nota. Con el ruso, puede ser todo lo contrario cuando tienes que atravesar un grupo de consonantes incluso antes de llegar a una vocal. El francés a menudo tiene terminaciones femeninas que los compositores gustan de colocar en sílabas acentuadas y se deben encontrar formas de equilibrar eso. En inglés, a menudo tienes que cantar varios compases en una vocal muy anodina sin que suene extraño. Todas estas cosas te mantienen ágil: hacen que tu lengua y tus labios tengan que trabajar rápida y eficientemente y obligan a tu cerebro a comprometerse. Literalmente, no hay ningún lugar para esconderse y es a la vez aterrador y emocionante.
El otro aspecto emocionante de cantar en un nuevo idioma es simplemente descubrir cuántos colores vocales diferentes tenemos a nuestra disposición. Podemos expresar toda la amplitud de la emoción humana simplemente accediendo a esa paleta de colores y todo idioma en el que he cantado me ha enseñado algo nuevo. Ya sea cuán lejos en fondo de la garganta necesita ir un sonido glótico alemán o ruso, o simplemente cómo de fruncidos deben estar los labios para sonar y parecer francés (un maravilloso entrenador francés con el que trabajé solía hablar sobre nuestra «cara francesa»). A medida que aprendí sobre la profundidad y la amplitud de todos estos colores, aprendí sobre mi propio potencial vocal. Y a través de eso descubrí cómo transmitir toda la gama de emociones, que van desde la alegría traviesa hasta la profunda angustia. Ser capaz de expresar estas cosas es una de las grandes alegrías de ser cantante.
La mejor manera de mejorar como cantante y músico es probar constantemente cosas nuevas y un nuevo repertorio. No puedo concebir limitarme a un solo idioma más que limitarme al rango de una octava. La sensación de logro que siento cuando en verdad domino una canción en un idioma difícil vale la pena realmente el esfuerzo. El ruso es mi bêtenoir actual, simplemente debido a mi falta de familiaridad con el alfabeto, la gramática y varias inflexiones, lo que demuestra que es más difícil de aprender y memorizar, y captarlo es,a la vez, desafiante y gratificante. Pero lo más importante es que me da el coraje de explorar la riqueza gloriosa de la música que está disponible para nosotros.
Vanessa Heine es una mezzo soprano que trabaja en Londres como solista, consorte y cantante de ópera. Como cantante, actúa regularmente con la BBC Singers, PhilharmoniaVoices, Metro Voices y London Voices. Es en esta modalidad la que le ha dado la oportunidad de trabajar con algunos de los directores más importantes del mundo, como Daniel Barenboim, Sir Colin Davies, Vladimir Jurowski y Esa-PekkaSalonen. Canta regularmente en grabaciones para Opera Rara y en el coro extra en ENO. Los papeles operísticos recientes incluyen el papel principal en Carmen y el de solista en el estreno mundial de Mittwochaus Licht de Stockhausen. Vanessa también ha aparecido en numerosas bandas sonoras de películas como The Hobbit, Alicia en el país de las maravillas y las franquicias de Piratas del Caribe.
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