Al final, todo se sabe. Y ya había pasado demasiado tiempo… Los obreros ya subían camino al ático donde Mabel guardaba todos sus escritos prohibidos. Todo saldría a la luz
Iciar L. Yllera
‘Morir, tremenda cosa’
Allí, en lo alto de la oscuridad, un foco le alumbra abriendo una brecha de silencio en el murmurar de centenares de ojos. Y allí, plantada, una figurilla mortal cargada con una sombra de gigante aguarda. Y en la espera de la rotura de su silencio se enjuagan un millón de aplausos
La música es un viaje en el tiempo
Hoy habla más mi boca que mis manos. Hoy no soy ningún saxofón oxidado, ni ningún piano al que le falte una tecla negra. Puede que ande algo desafinada, pero es que si no, no sería tan yo como soy cuando soy yo misma
Desde la ventana
Creo que no soy como todos. Las personas normales siempre saben lo que decir, y el momento exacto para decirlo. Saben cuándo deben ser respetuosos y guardar las distancias y darse cuenta de cuándo alguien ha bajado las barreras de defensa, y espera algo de ti
Mi muy querida Elisa
Qué lejos te tengo. Aunque se podría decir que mucho antes de que nos separasen todos los kilómetros que nos separan hace ya unos meses, ya desde entonces, te habías convertido en menos mía y más tuya que nunca
¿A qué suena el desierto?
Yo no creo en dioses ni profetas, mitos ni poemas. Creer es cosa de críos. Creemos lo que haga falta creer cuando es preciso. Cuando lo necesitamos para sobrevivir. El humano ha resultado ser ese crío insolente que de todo pregunta el porqué
Di tanti palpiti
Hubo una noche en aquel julio de 1813 en la que no se movió una brizna de viento, y el agua de los canales venecianos apenas hacía más que vibrar, húmeda, en el aliento del aire. La noche tenía un negro obtuso y torpe que luchaba contra la luz de las farolas
Réquiem en un ascensor
‘Sonia haz esto, Sonia haz lo otro’ al final siempre me toca ir a mí a por el pan… ¡Bien! Por fin llega el ascensor. Pero unos pasos taconean por la moqueta de esa misma planta, y de pronto tuerce la esquina el señor Guzmán
La cueva
‘Es martes. Hoy ha vuelto a ser un no muy buen día. El psicólogo dice que trate de evitar hablar de que tengo ‘problemas’ o experiencias negativas. Dice que así todos los problemas se hacen pequeños en el subconsciente. Pero como este es mi diario, llamaré a las cosas por su nombre’
Viva
‘Estoy viva, aunque nadie lo sepa. Y de hecho puede incluso que esté más viva que muchos que en un principio pudieran parecer más vivos que yo. Pero de veras que estoy muy viva’
Vaga luna che inargenti
Una humedad gélida se cierne sobre el bosque. Y los copos van llenando las ramas de nube y cubriendo las aguas de cristal. Mi pelaje, blanco y plateado reluciente, me protege de la nevada en esta noche helada
La cajita de música
Hace muchos años que llueve en este pueblo. Constante, inclemente, sin pausa ni para tomar aliento, desde hace ya mucho tiempo. Hace muchos años ya que se mojan los cristales de mi casa, y las gotas caen plomizas golpeando las ventanas
Silencio
Se presenta al tribunal: Antonio Fernández Braso. Varón de 32 años, nacido y residente en El Escorial, Madrid. Se le acusa de homicidio en segundo grado por la muerte de María Braso López… Mi madre…
Dime qué es la música
– ¡Que no papá, que no es verdad que me distraiga en clase! ¡Es que me tiene manía porque es mayor y yo sigo siendo un niño, y le da rabia porque ya no se acuerda de lo que significa serlo!
Carta de un tenor a su nieto
Te escribo, como siempre, desde este, mi sillón de cuero desgastado y botones rotos. Mirando por la ventana la gaviota que se ha posado en el alféizar, y, como siempre, buscando las ondas que solo los marineros conocemos del horizonte. El mar. Mis soñadas mareas saladas
Lo sabía, iba a morir
Me llevaban siguiendo los pasos durante horas, azuzando a sus perros y a sus rabias. Buscándome con los ojos inyectados en sangre, deseando verme estrellada en alguna parte
El violín que quería ser violonchelo
Qué azul y verde era todo. Aunque tú siempre fuiste capaz de entonar todos los colores al unísono. Qué amarillo sonabas, ¿te acuerdas?
Amarte con los dedos
¿Por qué? ¿Por qué callas y me miras desde lejos como para castigarme? Tú, primavera enjaulada, pájaro sin sombra. ¿Por qué tan callada? Amargada, silenciosa y casta. ¿Por qué tanto silencio?
La Carmen, en rojo
Tras el inmenso ventanal de la suite del Hotel Reina Sofía, una melodía araña sus paredes. Algo ocurre. Se escuchan burbujas estallar en el cielo del agua de esa rebosante bañera de cristal, y en el salón, una botella de champán se desperdicia sobre la alfombra