Del 30 al 23 de Julio, se viene celebrando el Festival Clásicos de Verano de la Comunidad de Madrid, que tendrá lugar en distintos puntos del patrimonio histórico de la Comunidad, y que tiene como principal objetivo acercar la música clásica a todos los madrileños.
David y Carlos Apellániz nos deleitarán con Perspectivas Románticas
De entre toda la programación de esta edición tan especial, la XXX, nada menos, cabe destacar algunas citas de gran interés, como por ejemplo la del 8 de julio en el Centro Comarcal de Humanidades Cardenal Gonzaga Sierra Norte de La Cabrera, en el que David Apellániz al violonchelo y Carlos Apellániz al piano, darán un concierto titulado Perspectivas Románticas.
Las obras elegidas para esta ocasión serán Seis Canciones Populares de Manuel de Falla, Requiebros, de Gaspar Cassadó, Sonata para violonchelo y piano, de Claude Debussy, y Sonata para violonchelo y piano en Sol menor op. 19 de Serguéi Rajmáninov.
La música francesa siempre ha sentido una especial atracción a las estéticas de origen ibérico. La inspiración en las armonías y ritmos españoles es un elemento común en la primera parte de este concierto en el que se presentan obras con lenguajes que conversaron durante la primera parte del siglo XX.
David y Carlos Apellániz son dos de los grandes intérpretes de nuestro país, habiendo llegado incluso a cosechar gran éxito fuera de nuestras fronteras. En este recital nos ofrecen la oportunidad de disfrutar de ellos juntos con este maravilloso repertorio.
Junto a ellos, el 7 de julio en Galapagar, el pianista Pepe Rivero ofrecerá un concierto de jazz latino en el que la música cubana se acoplará al estilo del jazz «Monkiano», en un tributo a quien fue y es uno entre los grandes compositores y pianistas en la historia del jazz Thelonious Monk.
Pepe Rivero rinde homenaje a Thelonious Monk en una unión entre la música cubana y el jazz americano.
La música compuesta por Pepe Rivero, que también integra otros géneros dentro del jazz latino, como el flamenco, la bossa-nova y el propio jazz clásico, es capaz de crear diversos ambientes en una misma composición, transitando con tal destreza de uno a otro, que da la impresión que la música es solo una: indivisible y universal.