La Orquesta y Coro Nacionales de España tienen programados para el mes de febrero cuatro conciertos dentro del Ciclo Sinfónico.
El director japonés Eiji Oue se pone al frente de ambos conjuntos para interpretar dos obras gestadas en tiempos de guerra: la cantata antibelicista Dona nobis pacem de Vaugham Williams, cuyo movimiento más célebre data de 1914, y la suite sobre los dioses-astro de la antigüedad Los planetas opus 32 de Gustav Holst, escrita durante la Primera Guerra Mundial. Como solistas invitados actuarán Jane Archibald (soprano) y Benjamin Appl (barítono). El concierto tendrá lugar los días 7, 8 y 9.
El 14, 15 y 16 de febrero la radiante tímbrica de la fe inundará de «Colores y recuerdos» la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional con el Himno para gran orquesta de Oliver Messiaen. A continuación, se estrenará el Concierto para órgano y orquesta de Fernando Buide del Real, encargo de la OCNE. Tocará el órgano Juan de la Rubia. En la segunda parte del programa podemos escuchar la entusiasta y también colorista Sinfonía en Do de Paul Dukas. A la batuta, el bilbaíno Diego Martín-Etxebarría.
«Hor(Perdón)ror», expresivo título del programa del tercer concierto del Ciclo Sinfónico, hace referencia a la experiencia vital del compositor Walter Braunfelds, que sufrió como combatiente los horrores de la Gran Guerra, a cuyo término se convertiría al catolicismo y, agradecido por sobrevivir, compuso el Te Deum opus 32. Etiquetado por los nazis como «artista degenerado», Braunfelds fue prohibido en Alemania; al igual que Stravinski, segundo compositor del programa. Rosa Torres-Pardo será solista en el Capricho para piano y orquesta del maestro ruso. Junto a la ONE y el Coro de la Comunidad de Madrid actuarán también como solistas (Te Deum) la soprano Manuela Uhl y el tenor David Pomery; todos bajo la dirección de Pedro Halffter Caro los días 21, 22 y 23 de febrero.
Por último, el 28, 29 de marzo, dirigida por David Afkham, la ONE ofrecerá el emotivo Concierto para violín en Si menor opus 61 de Edward Elgar, obra predilecta del compositor. Como solista, la violinista noruega Vilde Frang. En la segunda parte, la dinámica y solemne Sinfonía núm. 3 en Mi bemol mayor opus 97, «Renana», de Schumann.
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