François López Ferrer y Santiago Cañón-Valencia se unen en el tercer programa de la OCRTVE
El tercer concierto de la temporada de abono de la Orquesta y Coro RTVE (OCRTVE), tiene como director invitado al hispano-estadounidense François López Ferrer y al violonchelista colombiano Santiago Cañón-Valencia. Este último interpretará como solista el Concierto para violonchelo de Dimitri Shostakóvich.
La Orquesta Sinfónica RTVE ofrecerá también la obra Galdosiana de la compositora canaria Laura Vega; Las ofrendas olvidadas, de Olivier Messiaen; e Iberia, de Claude Debussy. El concierto se podrá seguir a las 20 horas por Radio Clásica y se emitirá en La 2 el próximo 18 de noviembre.
Notas al programa
La obra que abre el concierto es Galdosiana, de la canaria Laura Vega, escrita como homenaje a Benito Pérez Galdós en el centenario de su fallecimiento en 1920. Según cuenta José Luis García del Busto en las notas al programa del concierto, la compositora utilizó en su obra ‘una textura contrapuntística de melodías amorosas que se enmarcan en un lenguaje armónico, consonante y tradicional’ para describir la escritura más pasional de Galdós.
A continuación, se une a la Orquesta Sinfónica RTVE, dirigida por François López-Ferrer, el violonchelista Santiago Cañón-Valencia para ofrecer el Concierto para violonchelo y orquesta núm. 1 en Mi bemol mayor de Shostakóvich. El compositor ruso lo dedicó a su amigo, el violonchelista Mstislav Rostropovitch, quien lo estrenó con gran éxito en San Petersburgo en 1959, después de haberlo memorizado en solo cuatro días. Se trata de una obra de gran profundidad expresiva y uno de los conciertos más interpretados del repertorio.
La tercera obra del concierto son las Ofrendas olvidadas, estrenada por Messiaen en 1931, cuando el compositor, organista y ornitólogo francés contaba con 22 años de edad. Según cuenta fue su primer trabajo interpretado por una orquesta y su primer contacto con el público. Aunque se percibe la influencia de otros compositores franceses como Ravel, Debussy o Dukas, muestra un lenguaje propio en el que se aprecia su interés por los ritmos hindúes y griegos, el gregoriano, la ornitología y sobre todo su espiritualidad al ser un hombre profundamente religioso.
El concierto finaliza con el tríptico sinfónico Iberia, del francés Debussy. Una obra de gran capacidad evocadora que se encuadra en las llamadas músicas españolas. Estas fueron escritas en gran medida los compositores franceses a finales del siglo XIX y principio del XX. Para Debussy, la esencia musical española es una sutil insinuación, una idealización de una España imaginada. El francés apenas pasó unas pocas horas en nuestro país.
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