Schubert. Transfiguration
Le Concert des Nations
Lina Tur Bonet, concertino
Jordi Savall, dirección
AliaVox AVSA9950
★★★★★
Jordi Savall es, sin duda, uno de los músicos más versátiles e interesantes que existen en el panorama actual. No solo por su aproximación a la música antigua interpretada con instrumentos de la época y criterios históricos interpretativos y por su excelencia como intérprete de viola da gamba, de la cual ha sido, sin duda, un pionero, sino también por la variedad de repertorio que aborda. En esta ocasión se trata de música de Schubert, un compositor que nunca había grabado antes, en concreto de la famosa Sinfonía núm. 8 ‘Inacabada’ y la núm. 9 ‘La Grande’. Estas obras casi siempre se han abordado desde la perspectiva de grandes orquestas con instrumentos modernos y sin usar criterios históricos (a excepción del gran Nikolaus Harnoncourt, por supuesto). El resultado de Savall es sorprendente porque Le Concert des Nations consigue crear un bello contraste entre la calidez de las cuerdas de tripa y el gran poder y fuerza que tienen los metales naturales, así como la dulzura de las maderas, sin olvidar la precisa percusión. El resultado es un Schubert cálido, lleno de contrastes, con fuerza y energía cuando son necesarias, pero también con paz en los movimientos lentos. La bella sonoridad de la Colegiata de Cardona (el lugar de la grabación) es resonante, pero en su justa medida, sin llegar a aquellas reverberaciones en las que todos los sonidos se mezclan de manera ininteligible. Qué bella introducción de los bajos, junto al cálido solo de oboe encontramos en el segundo movimiento de ‘La Grande’, en contraste con los poderosos metales que inician el ‘Allegro vivace‘. Los tempi elegidos por Savall son adecuados y consonantes con las obras, aunque el aspecto del tempo es siempre algo muy subjetivo en cada director. Otro mensaje importante que se deriva de esta grabación: dar la oportunidad a jóvenes intérpretes de meterse en eso de las interpretaciones históricas, ya que este doble disco es producto de las ‘Academias’ de Savall, hecho que demuestra que pedagogía y profesionalidad no son incompatibles. Esperemos que continúen proyectos como este.
Por Àngel Villagrasa Pérez
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