Hoy, 10 de septiembre, Samuel Diz ofrece un concierto con la guitarra original de García Lorca en la Casa-Museo Huerta de San Vicente de Granada, donde se conserva el instrumento
La Huerta de San Vicente acoge hoy jueves el estreno de ‘Memoria de la melancolía’, el primer disco grabado con la guitarra de Federico García Lorca. Un trabajo discográfico del guitarrista Samuel Diz, intérprete e investigador de la música en la generación del 27, con la participación de la violista Isabel Villanueva, el guitarrista Javier Riba y el tenor Jonatan Alvarado.
El disco es un recorrido por la vida y obra de María Teresa León (1903-1988) que toma como eje narrativo su autobiografía y el encuentro con Federico García Lorca, a través de la guitarra del poeta conservada en esta Casa-Museo.
La guitarra de Federico fue construida por José Ortega, en la granadina calle Mesones, a principios del siglo XX. En 1996, la exposición ‘La guitarra. Visiones en la vanguardia’ mostró la restauración del instrumento, realizada por el maestro guitarrero Francisco Manuel Díaz, en un ciclo de conciertos en este mismo patio.
‘Memoria de la melancolía’ es un trabajo de arqueología musical que nace de una residencia artística de Samuel Diz en la Huerta de San Vicente en octubre de 2019. En este disco, la guitarra de Federico recobra vida con creaciones de las compositoras y compositores de la generación del 27 y el exilio republicano español.
La ‘Berceuse (a la manera de M. Ravel) para dormir a Federico cuando se vuelva pequeño’ de Gustavo Durán, grabada por primera vez en la propia habitación del Federico, dialogará en este concierto con obras de Manuel de Falla o Rosita García Ascot, a quien Federico regaló su poema ‘Corona poética o pulsera de flor’.
Junto a las partituras de Durán, Samuel Diz rescata un conjunto de obras inéditas de Simón Tapia Colman, Emiliana de Zubeldía o Baltasar Samper, así como la interpretación de una obra de juventud del guitarrista Regino Sainz de la Maza, ‘un caballero andante que con la guitarra a cuestas recorre tierras y tierras bebiéndose los paisajes y dejando los sitios por donde pasa llenos de melancólicas músicas antiguas’, así lo definió Federico García Lorca tras el concierto que ofreció en Granada hace, ahora, 100 años.
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