Riccardo Frizza es una de las grandes figuras de la dirección musical en el repertorio operístico, con un profundo conocimiento de la obra de Gaetano Donizetti. Director musical del Donizetti Opera Festival desde 2017 y recientemente nombrado su director artístico, Frizza ha sido clave en la recuperación de las versiones originales de las óperas del compositor bergamasco. Ahora, con su batuta al frente de La favorite en ABAO Bilbao Opera (del 15 al 24 de febrero), reflexiona sobre los desafíos y la riqueza de la partitura francesa, la importancia de la edición crítica y el impacto de una producción innovadora. Además, nos adelanta detalles de su futuro en el festival y su próximo debut en el Teatro de la Maestranza de Sevilla con Maria Padilla.
Por Susana Castro
La favorite es una obra que encarna el estilo de la grand opéra francesa. ¿Qué desafíos y oportunidades te ha ofrecido trabajar con la partitura original en francés en comparación con la versión italiana más conocida, La favorita?
Sí, La favorite es efectivamente una grand opéra francesa que se enmarca en el estilo de las óperas de Meyerbeer o del Rossini francés, óperas que son estructuralmente complejas, de gran espectacularidad y dimensiones; además las obras de este estilo y que se estrenaban en París en la época contenían obligatoriamente un ballet. Siempre he dirigido la versión francesa de La favorite, que es en realidad la única reconocida por Donizetti: la italiana que entró en el repertorio durante los años 50 y 60 del siglo XX, sobre todo en Italia, es una traducción con un gran cambio dramatúrgico en la trama y con los personajes bastante desdibujados, hecho que dificulta la comprensión de la historia; por este motivo, lo cierto es que nunca me he animado a dirigirla, porque a mi modo de entender la versión original francesa es la única que, por su orquestación, adapta perfectamente su libreto a las circunstancias musicales; hay que tener en cuenta además que para La favorite Donizetti tomó ‘prestada’ buena parte de la música que había usado para una ópera semi-seria anterior llamada L’ange de Nisida, elevando el material musical adaptándolo al nuevo texto. Por lo tanto, es importante hacer la versión que realmente compuso el autor.
Has mencionado en declaraciones previas la importancia de la edición crítica de La favorite, a cargo de la musicóloga Rebecca Harris-Warrick, y cómo ha permitido presentar la obra en su forma íntegra, incluyendo el ballet original. ¿Cómo crees que esta versión integral enriquece la experiencia tanto para los intérpretes como para el público?
Ciertamente, para representar La favorite en condiciones óptimas, ahora es necesario utilizar la edición crítica de Rebecca Harris-Warrick, porque es primordial respetar el deseo originario del compositor; si la haces de este modo y de forma integral, entiendes mejor la majestuosidad de esta partitura, ya que no es solo una ópera de bel canto al uso a la italiana, con aria y cabaletta, y toda la estructura habitual, ya que va mucho más allá, con escenas de gran envergadura que son la antesala al mundo wagneriano; Wagner trabajó como arreglista para un editor francés que había publicado La favorite, por lo que ya la conocía; por ejemplo, el inicio del Acto IV es una introducción espectacular en estilo casi puramente wagneriano, y pensemos que estábamos todavía en los años cuarenta del siglo XIX, pero Donizetti muestra una estética musical visionaria y futurista. En definitiva, representar esta versión en su edición crítica permite entender la gran altura y valentía que tuvo el compositor.
¿Cuál ha sido tu enfoque para dirigir una obra tan fiel a la concepción original de Donizetti?
Más allá de lo expuesto, intento siempre desarrollar mi sensibilidad musical basándome en el texto original, respetándolo hasta sus últimas consecuencias; solo así puedes tener una comprensión total y unívoca de una pieza, ya que si la cortas y la manipulas peligra toda su arquitectura. Por eso mi concepción es ser fiel a la idea que quiso el compositor al crear y al estrenar su obra.
La producción de Valentina Carrasco, que tiene una visión feminista y una estética ambiciosa, ha sido muy aclamada. ¿Cómo ha sido la colaboración con Carrasco y cómo influye su enfoque en tu dirección musical?
La verdad es que la colaboración con Valentina Carrasco ha sido muy fructífera; recuerdo como si fuera hoy el día que nos reunimos en París para hablar del proyecto de La favorite, un encuentro en el que ella presentó esta idea de darle un enfoque feminista. Estuve muy de acuerdo desde el inicio con el planteamiento, porque Donizetti siempre demostró poner a figuras femeninas en el centro de un contexto difícil; algunas de ellas logran salvarse y otras no. En sus óperas más populares, como Lucia di Lammermoor, lo mismo que en La favorite, los personajes femeninos mueren, pero lo hacen luchando por su libertad y por su bienestar, por lo que creo que este enfoque feminista está intrínseco en la dramaturgia y en el contexto de La favorite. Con la directora de escena desde un principio tuvimos muy buena sintonía ante el proyecto, lo que ayudó mucho en el éxito de la producción en su estreno en Bérgamo; Valentina es inteligente, con las ideas claras, pero al mismo tiempo de mente abierta para entender las dificultades de los cantantes, y esto es muy positivo para que todo llegue a buen puerto.
ABAO Bilbao Opera presenta esta obra por primera vez en su versión francesa tras 25 años de ausencia en su repertorio. ¿Qué esperas que el público experimente con esta representación?
Procuro no preocuparme de las posibles reacciones del público para concentrarme en llevar a cabo de la mejor manera una obra de arte como esta, siempre, claro, según mi visión y sensibilidad personal teniendo como premisa ser fiel a los deseos del compositor; haciendo esta labor quedo en paz conmigo mismo, habiendo dado lo mejor de mí, con honestidad y amor por la música que estoy dirigiendo. Lógicamente también deseo que el público pueda disfrutar de la representación.
La favorite es una obra que nunca se ha representado en su versión francesa en Bilbao; como sabemos, los grandes cantantes del pasado también la hacían en italiano, pero para mí, a día de hoy, eso es un error porque la versión francesa es superior desde todo punto de vista y porque la versión en italiano no es de Donizetti, y él nunca estuvo conforme con ella. Espero que el público de Bilbao sabrá valorar la grandiosidad de La favorite como yo la descubrí hace veinte años.
Como director del Donizetti Opera Festival de Bérgamo y con tu extensa experiencia en el repertorio donizettiano, ¿qué crees que hace única a La favorite dentro de la obra de Donizetti y cómo crees que se posiciona en el canon operístico actual?
Desde que asumí la dirección musical del Festival Donizetti en 2017 empecé a frecuentar más al catálogo de óperas del compositor, dirigiendo tanto sus obras más populares como las más desconocidas; esto me ha permitido entrar de lleno en este mundo fantástico de Gaetano Donizetti, y después de esta ya larga e intensa experiencia puedo decir que La favorite es probablemente su mejor obra compuesta en francés, así como Roberto Devereux es su ópera italiana más importante. En La favorite, como dije anteriormente, adapta con maestría un material musical que viene de L’ange de Nisida poniéndolo al servicio de un texto diferente y obteniendo escenas de muchísimo impacto, con un ballet maravilloso, todo ello de la mano de unas melodías de inmensa belleza.
Tras cinco años como director musical del Donizetti Opera Festival, recientemente has sido nombrado director artístico del mismo. ¿Cómo te planteas este nuevo reto y qué ideas estáis trabajando de cara a la edición 2025?
La edición de 2025 lleva todavía la firma del anterior director artístico, Francesco Micheli, y por supuesto voy a tratar de mimarla al máximo para que sea un éxito; mi primera edición será en realidad la de 2026, en la que ya estamos trabajando, en esta y en las posteriores. En todo caso, podremos desvelar detalles de la de este año en la rueda de prensa de presentación que se celebrará en Bérgamo esta primavera.
Tus próximos compromisos incluyen tu regreso a España, con la versión en concierto de la ópera Maria Padilla de Donizetti, en el Teatro de la Maestranza de Sevilla. Es la primera vez que te vas a enfrentar a este título, ¿cómo está siendo tu proceso de preparación para este nuevo debut?
Sí, esta primavera dirigiré en Sevilla Maria Padilla, una obra muy interesante; aunque no esté a la altura de otros títulos de Donizetti como Devereux o Poliuto, tiene páginas de gran belleza, con escenas de virtuosismo vocal y lucimiento para la protagonista. Es una obra bastante típica del bel canto romántico de mediados de los años treinta del ottocento y lo cierto es que me hace una especial ilusión dirigirla, ya que será un doble debut para mí: mi primera vez dirigiendo esta obra y mi debut en el Teatro de la Maestranza de Sevilla.
No es una ópera que se represente muy habitualmente, ¿qué elementos de esta partitura podrían llegar a convertirla en una ópera de repertorio?
La verdad es que no creo que sea un título que pueda aspirar a formar parte del repertorio habitual. Así como hay óperas de Verdi de gran valor musical y dramático que no han logrado hacerse un hueco en las programaciones por no estar al mismo nivel que otros títulos del compositor, como pasa con Stiffelio o Giovanna d’Arco, sucede algo similar con esta Maria Padilla: es una ópera que vale mucho la pena que el público la conozca por su calidad, marca Donizetti, pero definitivamente no es un hit. Pero es un título que hay que escuchar y por eso lo haremos en Sevilla, aunque es en forma de concierto, pero estoy seguro que el público se llevará una sorpresa y va a poder disfrutarla.
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