Vivaldi, Musica sacra per alto
Delphine Galou, contralto
Alessandro Giangrande, tenor
Alessandro Tamperi, violín
Accademia Bizantina
Ottavio Dantone, director
Naïve OP 30569
Desde que el sello francés Naïve emprendiera la monumental Edición Vivaldi, hará pronto veinte años, Dantone y su conjunto han contribuido al proyecto con ocho registros, interpretando ópera principalmente. En la presente entrega, volumen 59.º de la Edición, se adentran por segunda vez en el catálogo sacro del veneciano con piezas para contralto solo y contralto y tenor escritas para el repertorio vocal de la Pietà en la década de 1720, período en que Vivaldi, sin retribución adicional alguna, asumió las funciones de Maestro de Coro entre la renuncia (o deceso) de un titular y el nombramiento de otro.
Filiae maestrae Jerusalem RV 638 y Non in pratis RV 641 son introdutioni para sendos Miserere, hoy extraviados, ejemplos de una variante del motete a solo cuya invención el musicólogo Michael Talbot atribuye a Vivaldi. Se trata de obras misteriosas, con recitativos dramáticos y arias serenas, que encuentran expresión idónea en el tono oscuro de Delphine Galou y en el delicado acompañamiento propuesto por Dantone, al órgano en las arias. Apena escuchar tanta belleza pensando lo que pudieron ser estas obras de no hallarse truncadas.
Incompleta aparece también la antífona Salve Regina RV 618 para contralto y orquesta a due cori, una sucesión de seis arias de exquisita factura que alternan diversos niveles de intensidad dramática. La otra antífona mariana, Regina Caeli RV 615, destaca por ser la composición para contralto con registro más grave conservada de Vivaldi; en su calidad de tenor-contratenor Alessandro Giangrande la interpreta de manera admirable, al igual que el animado himno Deus tuorum militum RV 612, ya como tenor, a dúo con Galou.
Completa el disco el Concierto en Re mayor RV 582 en el que Alessandro Tamperi, violinista fino e impecable, desarrolla el material motívico vivaldiano en un Capriccio (cadencia) de alto virtuosismo técnico al estilo de los estudios del período.
Por Alejandro Santini Dupeyrón
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