Reseña | Vivaldi: Il Tamerlano

Sigue la maratoniana edición Vivaldi, que hace ya unos cuantos años empezó la discográfica Naïve con el fin de grabar toda la música de Il prete rosso que se conserva en la Biblioteca de Turín. Las portadas de los discos de esta colección son muy modernas y sugerentes; incluso hay quien dice que demasiado, pero lo cierto es que ese contraste entre una portada moderna y unas versiones interpretadas siempre con instrumentos originales y criterios históricos interpretativos son, precisamente, la característica de este gran proyecto. La novedad que ahora comentamos es la ópera Il Tamerlano (conocida también como Bajazet), en la versión de la Accademia Bizantina, bajo la dirección del clavecinista Ottavio Dantone, una formación y director que se han convertido en asiduos de este proyecto, siendo quizá los que más discos ha grabado para esta colección.

Si bien la competencia es dura porque existe una fantástica versión del Bajazet de Vivaldi interpretada por Europa Galante, bajo la dirección de Fabio Biondi, para el sello Virgin (ahora Erato), esta nueva versión de Dantone supone una alternativa muy interesante, sin que una desmerezca a la otra. Como esta ópera de Vivaldi es un pasticcio, es decir, incluye música de diversos autores (no solo de Vivaldi), pero bajo su firma general (algo muy común en la época barroca), podríamos decir que estas óperas suelen ser un termómetro del estilo operístico de los compositores de la época, siempre muy interesante. Ottavio Dantone ha decidido grabar la versión posterior que hizo Vivaldi, bajo el título Il Tamerlano, en lugar del primitivo Bajazet que aparece en el manuscrito original. De hecho, la versión de Dantone consta de tres discos (por contener más arias) y la de Biondi solo de dos.

La Accademia Bizantina se nos muestra espléndida como siempre, con un nutrido bajo continuo formado por dos clavicémbalos y archilaúd. La orquesta suena brillante y enérgica en todo momento y los solistas vocales son de excepción, con una fantástica Delphine Galou de timbre oscuro y excelentes Bruno Taddia y Filippo Mineccia, entre otros.

Por Àngel Villagrasa Pérez