Vivaldi, Bach. Keyboards Arrangements
Concerto Italiano
Rinaldo Alessandrini, dirección
Naïve OP7367
★★★★★
Fue un verdadero acierto acordar con Estienne Roger, principal editor —y pirata musical— allende los Alpes, la publicación de los doce conciertos de L’estro amonico en 1711. Al renunciar a Sala y Bortoli, editores de sus dos opus anteriores, Vivaldi dispuso de impresiones modernas y precisas (los venecianos empleaban aún la técnica de cajas móviles, herencia del siglo XVI), y algo mucho más importante: acceso a un vasto mercado ávido de música, en especial italiana. Desde Ámsterdam, ciudad donde se imprimiera, la «inspiración’ —o «ardor’, como también puede traducirse— fue expedida por Roger a sus distribuidores comerciales en Londres, París, Rotterdam, Lieja, Bruselas, Hamburgo, Colonia y Berlín, poniendo en poco tiempo el nombre del desconocido cura asmático en boca de los melómanos y músicos todos del continente.
El ingenio y la audacia aplicados a la forma ritornello causaría admiración en el joven Bach, tan exigente siempre con los colegas como consigo mismo. A instancias del patrón músico, corregente en Weimar, Bach «reelabora’ —suprime y añade compases; ornamenta y crea voces extremas— para órgano y para clave, conforme en todo momento al lenguaje simétrico y contrapuntístico propios, cinco conciertos de L’estro armonico; reelaborará otro más, en Leipzig (1730), con miras a las sesiones de Bier, Kaffee und Musik tramadas por el avispado Gottfried Zimmermann para cuatro claves y cuerdas (BWV 1065), a partir del Concierto para cuatro violines y violonchelo en Si menor RV 580. Los clavecinistas Andrea Buccarella, Salvatore Carchiolo e Ignazio Schifani acompañan a Alessandrini, líder desde el teclado, a través de esta frondosidad metálica de ideas claras y distintas superpuestas con excitante precisión. El organista Lorenzo Ghielmi ejecuta con brillantez los conciertos BWV 593 y 596 (L’estro núms. 8 y 11, respectivamente) en el magnífico Mascioni del Santuario di Santa Maria dei Miracoli del cantón suizo del Tesino. Alessandrini, solo, acomete con maestría los conciertos BWV 972, 976 y 978 (L’estro núms. 9, 12 y 3). Espléndidos los violinistas y chelo solistas, así como el reducido ripieno del Concerto Italiano.
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