Reseña | Tomás Marco. Llanto por Ignacio Sánchez Mejías

Casi cuarenta años ha tardado en aparecer la primera grabación mundial de una obra especialmente atractiva: Llanto por Ignacio Sánchez Mejías,’fantasía coreográfica’ escrita por el madrileño Tomás Marco en 1985, estrenada sin baile, al año siguiente, y ofrecida en Lisboa en 1998, cono ballet. La grabación que comentamos se hizo en Granada en 2022.

Llanto por Ignacio Sánchez Mejías sigue los cuatro cantos originales del impresionante poema de Federico García Lorca, escrito cuando conoció la muerte del extraordinario personaje y su gran amigo, cogido por un toro en la plaza de Manzanares (Ciudad Real). Marco ha llevado a su partitura el dramatismo, la angustia, la soledad y la tensión de este singular poema, que no resulta fácil explicar.

En el primer canto, ‘La cogida y la muerte’, destacan los cinco acordes, insistentemente repetidos que se asocian al célebre verso ‘A las cinco de la tarde’. En el segundo canto, ‘La sangre derramada’, quizá se pretenda retratar cómo la sangre se va extendiendo, lenta e inexorable, quizá incluso, obsesiva. El tercer fragmento, ‘Cuerpo presente’, se nos antoja contemplativo; el espectador, solo, en silencio, mira al cuerpo inerte sobre una losa, mientras un violín entona una triste melodía.

En el último movimiento, ‘Alma ausente’, protagonizado por el violonchelo, ya no hay nada, quizá solo un triste recuerdo, un recuerdo que no es tal, porque la música termina con un poderoso crescendo que viene a señalar que el hombre sigue vivo mientras alguien le recuerde.

El álbum añade una versión, musicalmente abreviada, unida a la impresionante lectura de la gran Margarita Xirgu, en un formidable trabajo de limpieza de una antigua grabación de la actriz barcelonesa, realizado por ese mago del sonido que es Javier Monteverde.

Por José Prieto Marugán