The Unknown Pauline Viardot. Chamber Songs and Duets
Corina Feldkamp, soprano
Anna Tonna, mezzosoprano
Isabel Dobarro, pianista
Patricia Kleinman, dirección artística
Cezanne Producciones
Melómano de Oro
El lanzamiento del disco The Unknown Pauline Viardot, el pasado 23 de octubre, supuso la culminación de un interesante proyecto que coincide con la celebración del bicentenario del nacimiento de la compositora. Nos encontramos frente a una joya musical organizada en diecinueve miniaturas para piano, mezzosoprano y soprano, editadas y grabadas por primera vez a partir de un exhaustivo e impecable trabajo musicológico. El disco muestra la evolución musical y vivencial de Pauline, una amalgama de tendencias, referencias y tradiciones que la convierten en una compositora de carácter universal.
Pauline Viardot García fue una reconocida cantante de ópera, compositora, pianista, actriz, artista gráfica y profesora de canto. Su voz prodigiosa, talento y originalidad, la catapultaron a la fama y al reconocimiento en prácticamente todo el continente europeo con gran número de obras publicadas. Sin embargo, este disco nos invita a sumergirnos en su parte más desconocida: algunas partituras que la compositora descartó pero que contienen evidencias de que fueron estrenadas e interpretadas y cuya selección obedece a criterios de calidad y variedad. Así, el proyecto se edifica y vertebra a partir de fuentes primarias, una gran labor musicológica por parte de Patricia Kleinmann, responsable de la búsqueda y edición de los manuscritos.
El disco se estructura en cuatro partes diferenciadas en función de los idiomas utilizados: español, italiano, inglés y francés. Este dato ejemplifica el carácter cosmopolita de Pauline, que posee una acertada sensibilidad en relacionar música y letra en diferentes idiomas.
Las primeras seis piezas se encuentran en español y están basadas en melodías de carácter popular andaluz, tres de ellas con buenos textos de Antonio de Zamácola. La interpretación de las cantantes es destacable, utilizando la famosa y difícil técnica vocal de los García, basada en la inclusión de una amplia tesitura que se mueve desde los sonidos más agudos a los más graves. A todo ello se unen elementos belcantisas, cadencias largas y complejas y un piano brillante y juguetón. Esta primera parte contiene además una habanera, Mi numen parlero, de carácter bufo, que sirve como ejemplo de la inclusión de la tradición latinoamericana en el quehacer de la compositora. La parte ‘española’ del disco se cierra con una rareza digna de mención: Seguidillas de los oficialitos, un breve y delicado himno que fácilmente puede ejemplificar el carácter feminista predecesor de nuestra compositora.
Continuamos con dos obras que se diferencian de las demás: la Mazurca de Blaoïska (1867) y la única pieza en inglés, Stanzas for music. La primera forma parte de la opereta Trop de femmes (1867-1870) con libreto de Ivan Turgenev. No fue publicada en vida de la compositora pero sí interpretada en varias ocasiones mediante la utilización de diferentes particellas. La segunda es la única pieza en inglés del disco y tiene carácter popular y romántico. La música ilustra de forma perfecta la letra de Lord Byron donde el amor se hace ola bajo las estrellas.
De la parte italiana, destaco la pieza Sonetto: con sue promesse, unos versos musicalizados de Petrarca de estilo apasionado donde el piano logra un protagonismo especial. También Saluto, un manuscrito sin datación con texto de Giuseppe Tigri tomado de su compilación Canti popolari toscani.
La cuarta y última parte del disco, la correspondiente al idioma francés, es musicalmente muy valiosa, pues en ella encontramos las piezas más evolucionadas de la compositora, a excepción de Le Moissonneur, de 1847. En Valse du crapaud, sin datar, un poema anónimo, absurdo y cómico, Pauline explora las posibilidades del lenguaje experimental con reminiscencias orientales. Mención especial a la pieza más larga del disco, Scène de Phèdre, de 1887, basada en un monólogo de Racine tratada como un lamento, de estilo grave y agónico donde Pauline coquetea con las disonancias creando una atmósfera repetitiva, cargante y emotiva, a pesar de estar en el tramo final de su vida. El disco se cierra con Je n’anime pas les toréros en la que, una vez más, la compositora nos sorprende, musicalizando unos versos en contra del maltrato animal.
Bienvenidos y bienvenidas a un disco brillante, sensible, impecable, bello y concienzudo que muestra la figura de una Pauline cosmopolita, visionaria, comprometida y universal. Escuchar esta recopilación nos sumerge en el salón de la propia diva mostrándonos una música llena de detalles, sentimientos, lugares e ideales. La interpretación sensible y consciente por parte de cantantes y pianista, y la grabación singular y cuidada, arropan sobremanera este universo desconocido de la gran compositora. Toda esta sensibilidad se palpa en el disco que logra un sonido único en el que todos los elementos encajan a la perfección y que garantizan una experiencia de escucha sublime.
Por Patricia García Sánchez
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