Benjamin Alard es uno de los clavecinistas más destacados de la actualidad, especialmente por su integral de Johann Sebastian Bach, que está grabando para el sello Harmonia Mundi con grandes éxitos de crítica. En esta ocasión no lo escuchamos con obras del maestro Kantor de Leipzig, sino con música del Barroco francés y, más en concreto, de la familia Couperin. La acústica de la grabación es un poco seca y demasiado cercana. Quizá un punto mayor de reverberación ayudaría a fluir mejor este tipo de música y a que la acústica no nos recuerde a una sala demasiado pequeña. Por lo demás, la interpretación de Benjamin Alard es exquisita: variedad de articulaciones, imaginación en la elección de los registros, así como una muy buena fluidez en el discurso y fraseo y sonido muy limpio, teniendo en cuenta, además, que se trata de una grabación en vivo. Eso confirma que la técnica de Alard es impecable y por eso es uno de los clavecinistas actuales más destacados.
En el inicio de la pista 12 se oye un poco de ruido de directo que, a pesar de ser un detalle con poca importancia, nos aleja de aquella pulcritud que tienen las grabaciones de estudio. Destaca la buena elección del registro de laúd en la mano izquierda, combinado con el registro ordinario en la mano derecha en la pista 23. Conviene destacar la grabación íntegra de L’art de toucher de clavecin de François Couperin, en donde destacaba especialmente la belleza interpretativa del octavo preludio. Alard hace buen uso de la inegalité francesa en los momentos en que es necesaria, sin exageraciones y con tempi bien elegidos. A pesar de la detallada información del instrumento empleado no encontramos información sobre el diapasón y temperamento, cosa siempre interesante a saber en este tipo de repertorios. La presentación del disco, con una portada moderna, es más que interesante. La fecha de la grabación es de febrero de 2020, justo un mes antes de que empezara el confinamiento a causa de la COVID-19, un mes en el que ya se empezaba a oler algo. A pesar de todo, la música seguía fluyendo libremente.
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