Tenemos entre nuestras manos un disco de brillante ejecución, que nos transporta a uno de los momentos más interesantes de la historia de la música, la transición entre la era de J. S. Bach y el Clasicismo pleno de Mozart y Haydn. Este álbum se centra en el Berlín galante, dejando a un lado los dos nombres que inevitablemente aparecen en nuestro imaginario, Carl Philipp Emmanuel y el príncipe Friedrich. Lo cierto es que por la corte prusiana pasaron algunos de los más admirados maestros de la época, como Georg Anton Benda, de quien escuchamos su Trío sonata en Mi mayor.
Salvo la Trío sonata en Re menor de Johann Philipp Kirnberger, todas las obras aparecen en este compacto como primera grabación mundial, lo cual constituye un trabajo de enorme valor.
Cada sonata tiene tres movimientos, respondiendo a los procedimientos del momento y dejando atrás los cuatro movimientos que en el siglo anterior estableciera el afamado Arcangelo Corelli.
En cada obra los violines hacen gala de un increíble virtuosismo, con una afinación impoluta y un empaste admirable. En la sección del continuo, violonchelo y tecla se funden en uno solo. En ocasiones, fruto de la estética de la segunda mitad del siglo XVIII, el bajo está interpretado por el clave y en otras por el fortepiano. Con esta textura nos vemos sumergidos de lleno en el cortesano sonido galante.
Uno de los atractivos de esta época es cómo se funden las características del Barroco y las de un estilo novedoso emergente. La Trío sonata en Sol mayor de Johann Gottlieb Graun se titula Melancholicus & Sanguineus, dejando patente la vigencia de la bien conocida teoría de los afectos.
El Ensemble Diderot manifiesta una profunda comprensión de la música de este período. Como resultado tenemos este disco de gran valor, sensibilidad y lleno de saber hacer.
Por Enrique Pastor Morales
Deja una respuesta