Tempus Viellatorum
Alejandro Tonatiuh Hernández, fídulas
Pepe Morales Luna, cítola
Raúl Lacilla Crespo, musa
Mauricio Molina, percusión
enchiriadisEN 2047
“La fídula prevalece sobre todos los instrumentos (…) porque incluye todos los otros instrumentos en ella. Con ella todas las formas musicales pueden ser discernidas más claramente. Un buen tañedor de fídula interpreta cualquier tipo de canto y cantilena y preludia cualquier forma musical”. Tales son las palabras del gran teórico medieval Johannes de Grocheio sobre esta antepasada del violín, en latín conocida como viella, que tuvo una gran aceptación en la vida musical parisina desde finales del siglo XIII; prueba de ello es su generosa representación en la iconografía y escultura del momento.
El siglo XIV ve florecer una gran variedad de corrientes musicales en la ciudad del Sena. Mientras que la última generación de trovadores alzaban cantos como Aussicoml’unicorneo La doucepensee, el famoso Roman de Fauvelempezaba a circular, legándonos piezas como Floretfexfavellea. A lo largo de la grabación nos introducimos en el lenguaje de la fídula, un instrumento de cuerda frotada con cuatro cuerdas de afinación variable a las que se suma una cuerda fuera del mango, llamada bordón, que se solía pulsar en vez de frotar. Este elemento da al conjunto del instrumento una sonoridad muy interesante, a la que se suma la posibilidad de afinar algunas cuerdas en pares octavados o unísonos.
La función principal de este instrumento es la de acompañar al canto e interpretar danzas. A modo de ejemplo tenemos las Danse Real 1, 2y laQuinte EstampieReialpara bailar y baladas, lais y chansons de autores como Adam de la Halle o GuirautRiquier. A la fídula se unen musa (una primera gaita medieval) y percusiones como panderos, panderetas y tejoletas, buscando una posible reconstrucción de la estética sonora descrita por las fuentes medievales.
Por: Pablo F. Cantalapiedra
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