Szinergia
Pablo Barragán, clarinete
Sárközy Trio
Franz Liszt Chamber Orchestra
István Várdai, dirección
Accentus Music ACC30637
Melómano de Oro
Las tres principales fuentes de la música húngara son los verbunkos, relacionados con el reclutamiento militar; la música romaní, que simbolizaba el ideal del virtuoso y del artista itinerante; y la música rural.
Kodály nos sumerge en los enérgicos ritmos folclóricos autóctonos. En esta versión deslumbran el fuerte vibrato del violín, las rápidas frases descendentes del clarinete y el inconfundible sonido del címbalo. En la introducción del concierto de Hartman predominan los verbunkos, a cargo del clarinete. A la rítmica danza le siguen cinco variaciones, de carácter ingenioso y bailable, salvo el Adagio central. La fantasía final recuerda los kesergo, cantos fúnebres húngaros. Los intérpretes se imbuyen de la profundidad filosófica de la obra, sin descuidar su poderoso virtuosismo. En Wiener se entremezcla la música folclórica húngara y la de cuerda romaní. Sárközy se enfrenta con su violín a pasajes de gran dificultad con fuerza y maestría. Pablo Barragán ejecuta con sentimiento Callejón del Muro, destacando los acentos y la intensidad del folclore andaluz. Bartók presenta sugerentes y exóticas melodías, de naturaleza prístina, junto con frecuentes síncopas y cambios rítmicos. El clarinete, protagonista, alcanza aquí una elevada expresividad. Los Epigramas son canciones sin palabras que evocan, por medio del chelo, un retrato melancólico de mundos pasados. Várdai muestra vigor y, a la vez, pureza en esta impecable interpretación.
Estamos ante un disco cuidadosamente editado, de música vibrante, alegre y divertida; pero también melancólica, sutil y expresiva. Son un gran acierto los arreglos para clarinete, címbalo, violín y contrabajo. Las piezas provienen de diferentes fuentes: músicas de café y salón, popular, folclórica, clásica de principios del siglo XX. Por medio del clarinete, se combinan en un acto único de creación, en una sinergia. El carisma y sonido refinado de Barragán; la técnica y pasión de Lajos Sárközy y su trío; y la precisión y versatilidad de Várdai con la Franz Liszt Chamber Orchestra, se perciben admirablemente en este extraordinario álbum.
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