STRAVAGANZA
Sara Águeda, arpa de dos órdenes
Javier Núñez, clavicémbalo
DUX Recording Producers DUX 1567
Sara Águeda (arpa) y Javier Núñez (clave) son dos jóvenes intérpretes españoles cuyos nombres empiezan a tener un sello en el panorama de la música antigua. Buen ejemplo de ello es el disco que nos ocupa: una selección de música renacentista y barroca italiana, situada entre los años 1550-1700, bajo el título de Stravaganza. Lo primero que conviene comentar es que la gran mayoría de obras que encontramos aquí son arreglos para arpa de dos órdenes y clave, cosa que no hace desmerecer el disco en absoluto, pues esta técnica era muy común en la época. La combinación de clave y arpa es acertada, pues al tratarse de dos instrumentos de cuerda pinzada, la unión de ambos se fusiona en un todo unitario. También encontramos obras originales, como por ejemplo la Toccatta Settima de M. Rossi, todo un atrevimiento de composición cromática para la época y que Javier Núñez resuelve con brillantez. Lo mismo podríamos decir de la Toccata Quarta de A. Mayone, destinada originalmente al clave, y que aquí interpreta al arpa, con calidez, Sara Águeda. Cabe destacar el uso, con acierto, de la inegalité en la pieza Se l’aura spira de G. Frescobaldi, original para canto y bajo continuo. Conviene solo hojear el Tratado para tañer fantasía de Tomás Santamaría para comprobar que esta técnica es perfectamente aplicable fuera del entorno de la música francesa.
Los dos intérpretes demuestran constantemente una buena solvencia técnica, estilística y melódica, con un buen grado de imaginación. En otro sentido, me atrevería a decir, que aún se podrían haber arriesgado más a utilizar un temperamento (sistema de afinación) todavía más punzante que el que suena aquí. El arpa y clave empleados en el disco son réplicas de instrumentos de 1630 y 1681 respectivamente y, como no podía ser menos, el clave empleado es un modelo italiano Giusti, con todas las cuerdas de latón, cosa que provoca un mayor impacto en los ataques y que, de hecho, es el que corresponde en este tipo de música. La toma de sonido es buena y, en el final de las obras, se deja resonar a los instrumentos, cosa que es de agradecer.
Por Àngel Villagrasa Pérez
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