El presente álbum nos introduce en el que representa el cuarto registro discográfico de la formación Iberian & Klavier, una de las agrupaciones de música de cámara preeminentes en el panorama nacional, con un importante reconocimiento también progresivamente en el ámbito internacional, conformada por los prestigiosos pianistas Manuel Tévar y Laura Sierra, quienes establecen una comunicación absolutamente maravillosa en sus versiones, generalmente configuradas por transcripciones para esta agrupación de grandes obras del repertorio para piano a cuatro manos o dos pianos. Este disco comprende una propuesta establecida en torno a La consagración de la primavera, que Stravinski concibió para dos pianos, así como a obras de otros autores franceses como Debussy, Ravel y Saint-Saëns.
En el registro destaca particularmente la profunda compatibilidad y comunicación que se establece de forma permanente entre ambos instrumentistas, con una visión que proyecta el hermoso encanto tanto a nivel sensorial como emocional del estilo impresionista y una herencia romántica transmitida a un lenguaje renovado, en un entorno parisino de cambio en el que se producía prácticamente de manera simultánea el contraste propiciado por el estreno del ballet del músico ruso, con una predominancia del parámetro rítmico frente al melódico como primigenio de la corriente primitivista. La ejecución sobrecoge, al margen de la conexión establecida, en la que francamente es complicado diferenciar a dos pianos, al percibirse realmente como si existiese exclusivamente uno, por la homogeneidad de su discurso, su formidable precisión, la claridad de los pasajes idiomáticos de gran exigencia técnica, los magistrales contrastes dinámicos y un colorido de amplios matices en todo su espectro, con claroscuros que nos conducen desde el aroma descriptivo del poema inicial hasta la majestuosa luminosidad romántica de la pieza conclusiva, pasando tanto por una brillante visión delicada, sentimental y sutil de Ravel como por una imagen naturalista de un Stravinski de transgresión que contrapone lo divino y lo humano.
Por Abelardo Martín Ruiz
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