Reseña | Spanish Music in the XX Century

De las seis obras del presente disco, dos son, si no nos equivocamos, novedad discográfica. Se trata de la Obertura pirenaica y Soledades del madrileño Pedro Vilarroig, autor de un amplio y variado catálogo, presidido por nueve sinfonías, además de poemas sinfónicos y otras obras. La Obertura es una página brillante, grandiosa y de carácter descriptivo. Soledades, con texto de Antonio Machado, es música concentrada, más personal, escrita para mezzosoprano y orquesta de cuerda.

Otra página infrecuente es la Marcha de los vencidos de Enrique Granados, que arranca con un curioso acento moruno para entrar en el terreno lírico en la parte central.

De Isaac Albéniz se ofrece la transcripción orquestal de Fernández Arbós de El Puerto, página en la que destaca el color y la vida alrededor de los ritmos de danza.

Joaquín Turina está presente con las cinco canciones que conforman su Poema en forma de canciones, atractiva música sobre poemas de Campoamor, considerada una de sus mejores obras en este terreno.

La obra más conocida del disco son las Noches en los jardines de España, de Falla, particular conjunto de ‘impresiones sinfónicas’. La música de Falla tiene como solista al pianista Juan Pérez Floristán. Su correcta lectura está acompañada por una orquesta que hubiéramos preferido más transparente, de menos contundencia sonora y más vuelo colorista, pues son las Noches un cuadro impresionista, un conjunto de impresionantes sensaciones sonoras.

Magdalena Llamas, mezzosoprano madrileña, interviene en el ciclo de canciones de Turina y en las Soledades de Vilarroig. Ambas páginas son cómodas para la cantante cuya voz cálida y llena, se beneficia de una excelente dicción.

La orquesta resulta demasiado densa en algunos momentos, pero está bien concertada por Alfonso Casado Trigo.

Por José Prieto Marugán