Sotto Voce. Artículos, reseñas y otras chanzas.
Antonio Pardo Larrosa.
Libros editorial.
Madrid, 2017.
264 páginas.
Antonio Pardo Larrosa (Cartagena, 1975), “estudiante frustrado de teología”, como él mismo se define, es un apasionado de la música, de cualquier música, y un experto en la que se relaciona con el cine. Sus trabajos (resumidos en la contraportada del volumen) lo corroboran. A sus muchos escritos sobre el tema, incluyendo el libro El baúl de los genios, hay que añadir este formado por 28 trabajos de variada temática, desarrollo y estilo narrativo.
Se ocupa el autor de dar a conocer pequeñas biografías de músicos poco conocidos, tanto nacionales (Juan Crisóstomo Arriaga, Carles Baguer o Francisco Fajer), como extranjeros: la familia bohemia Benda; los griegos Kalamata y Yanni; los japoneses, Takahashi, Hoski, Hisaishi; músicos de Azerbaiyán, y nombres como Leopold Kozeluch; sin olvidar a Paganini, Tartini y otros por su supuesta relación con el diablo, o los hermanos Haydn.
De los músicos cinematográficos, especialidad del autor, están presentes Janos Horner (1953-2015), del que repasa alguna de sus películas. Bernard Hermann (1911-1975), un “artesano del sentimiento y de la emoción” al que dedica dos artículos, y Georges Mesieu Méliès (1861-1938), autor de más de 500 bandas sonoras. No faltan entrevistas: al compositor vasco Sergio Zurutuza y al madrileño Jorge Grundman (1961), al que también dedica dos trabajos.
A este variado panorama hemos de añadir las reflexiones sobre algunas obras que Pardo Larrosa recomienda sin reservas: Concierto Sentido, para violín, viola, violonchelo y orquesta de cuerda, y We are forthcoming, de Jorge Grundman; la Sinfonía n.º 3, Sinfonía de las lamentaciones, de Górecki; el Réquiem, de Osip Kozlovsky; o la Sinfonía n.º 1, de Vasily Kalinnikov; músicas infrecuentes que merecen ser escuchadas.
En esta miscelánea de pensamientos musicales, encontrará el lector el entusiasmo hacia las obras tratadas; la invitación a escuchar músicas que han impresionado al autor y, sobre todo, la reflexión a escuchar música cinematográfica que en el cine puede pasar desapercibida. En este terreno de la música y el cine, la lectura de Sotto voce nos sugiere una pregunta: ¿hasta dónde es independiente, o hasta dónde es música en sí misma, la música del cine? ¿Nos dice algo separada de la imagen? Merece la pena investigarlo.
Por José Prieto Marugán
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