Reseña | Sopra la Spagna

En homenaje a lo que ha significado España en el imaginario de aquellos compositores nacidos entre el Renacimiento y el Barroco, nos llega el último trabajo de Alejandro Marías y su conjunto La Spagna. Muy convenientemente, la formación, nacida en 2009 y ya honrada con un Premio GEMA, tomó su nombre a raíz de una popular melodía —y danza— de la Italia del siglo XV, que asimismo vertebra el presente disco, con glosas, diferencias, ricercares e incluso misas basadas en él. La propuesta de Alejandro Marías se centra en la recreación histórica de una selección de obras instrumentales que aluden de una forma u otra a España, uno de los grandes focos del contrapunto renacentista y fuente inagotable de inspiración para compositores nativos y vecinos a lo largo de los siglos. Nombres como Vicenzo Capirola (1474-1548), Francesco da Milano (1497-1543), Ascanio Maione (ca. 1565-1627) o Juan del Encina (1468-1529), Antonio de Cabezón (1510-1517), Francisco de la Torre (ca. 1460-c.1504), entre otros, recorren los minutos del disco con obras cosidas con un mismo hilo conductor, recreadas con imaginación y grandeza por La Spagna.

Una muestra de esa imaginación queda especialmente plasmada en composiciones propias de Marías y del resto de integrantes siguiendo los criterios estilísticos de la época, como Recercada sobre la Spagna y, muy especialmente, Españoletas, variaciones repletas de folclore y diversidad —¡qué castañuelas!—, donde López-Escribano firma unos espléndidos pasajes al clavecín. Aunque también abunden pinceladas de laúd, como en Spanish Pavane, es la viola da gamba —con sus variantes— la que tiene un papel predominante en el disco. Así lo atestiguan las piezas Alta o las 6 Recercadas sobre la Spagna, entre otras. El álbum concluye —como no podía ser de otra manera— con unas folías de España, en este caso de Marin Marais (1656-1728) en una versión muy inspirada y exhaustiva. Quizá una pincelada extra de posproducción limaría alguna que otra imperfección, algo que no desmerece un excelente trabajo, evocador, entusiasta y sobre todo tan necesario en tiempos de reflexión.

Por Carlos García Reche