Sonate a quattro
Ensemble Diderot
Johannes Pramsohler y Roldán Bernabé, violines
Alexandre Baldo, viola
Guirim Choï, violonchelo
Philippe Grisvard, clave
Audax Records AD11201
★★★★
El atractivo de esta grabación reside en su repertorio: sonatas a cuatro de abundante temática y variada escritura cuyo lenguaje va del último Barroco a la época preclásica.
Se agradece contar en primicia discográfica con una obra de Johann Gottlieb Janitsch, que vivió entre 1708 y 1762, y que, además de compositor, fue contrabajista de la orquesta de la Corte de Federico II. Se trata del Cuarteto en Re mayor, partitura magistral conservada en la Biblioteca Real de Copenhague, que alterna fórmulas típicamente barrocas y una atmósfera semejante a Boccherini, rasgo que hace vislumbrar el futuro cuarteto clasicista. Johann Wilhelm Hertel dijo sobre el compositor: ‘Era un buen contrapuntista y sus cuartetos siguen siendo los mejores ejemplos del género’.
Fasch está presente en una sonata bellísima, cuyo primer movimiento tan inteligente es propio de un concerto grosso o una gran aria; luego se pasa a un Largo de un lirismo sobrecogedor para concluir en un Allegro donde hay un motivo que recuerda el Concierto de Brandeburgo núm. 3 de Bach. Bien servido Haendel: su Pasacalles nos adentra en las mejores páginas del compositor sajón. Y resaltamos la fuga de Goldberg, un hito en el contrapunto barroco; tanto es así que el conjunto Diderot lo tiene enun audiovisual de promoción.
El Diderot, que lidera el violinista Johannes Pramsohler,es un conjunto de técnica depurada que le permite salir airoso en estas obras como si fuera un reto; su dominio en los movimientos rápidos hará las delicias de los barroquistas empedernidos. Pero no cabe duda de que su empaste favorece más a la música, pues otorga todo el señorío barroco, así como la intimidad camerística de un salón. Su mejor lectura, la de Janitsch, con frases brillantes y pasajes contrastados que están a la altura de la genial obra. Saca partido a la partitura de Fasch diferenciando los pasajes agudos y graves, así como inspirados pasajes. Por su lado, en Haendel combina la frescura y la solemnidad tan inconfundibles del autor.
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