La chelista y compositora Andrea Casarrubios nos presenta un recorrido profundo y conmovedor a través de siete composiciones recientes, todas ellas primeras grabaciones mundiales. No solo muestra su virtuosismo, sino también una reflexión musical sobre los desafíos y emociones provocadas por el periodo posterior a 2020. Al igual que su obra central, Seven para chelo solo (que ha recorrido más de 36 países), este disco se convierte en un tributo a la resiliencia humana en tiempos de adversidad.
El álbum incluye otras composiciones de gran fuerza emocional, como Armadura para chelo solo, inspirada en la obra de Frida Kahlo y dedicada a la protección del mundo interior en la era de las redes sociales; y Silbo para chelo y piano, un homenaje a los lenguajes silbados de diversas culturas, donde el chelo imita los sonidos de estas tradiciones, creando un paisaje sonoro bellísimo. Mensajes del agua para chelo y piano nos transporta a un espacio de meditación y renovación, inspirado en las formas cristalinas del agua congelada.
El momento de gran exuberancia llega con 24 Mozas para chelo y piano, una obra inspirada en la tradición musical de la región de Toro, que fusiona elementos de música popular con una energía vibrante. También destaca Afilador (para clarinete, violín, viola y chelo), encargo de la Chicago Symphony Orchestra, una pieza que invoca los recuerdos de la niñez a través del sonido melódico del afilador, una figura tan familiar en las calles de España.
El álbum culmina con el Quinteto para piano y cuarteto de cuerdas, encargo de la Chamber Music Monterey Bay, que evoca la belleza natural de la costa central de California, desde la abundancia de la vida hasta la serenidad del atardecer, pasando por la energía vibrante de un final lleno de humor y dinamismo.
Este disco muestra a una artista profundamente conectada con las experiencias humanas universales, un testimonio sonoro de la complejidad emocional de un mundo que cambia. Seven es una obra de gran intensidad y belleza, que invita a la reflexión y al consuelo, como una ventana abierta a la esperanza.
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