Reseña | Sedia la fremosa

La agrupación Manseliña pone en valor la lírica galaico-portuguesa aunando la vertiente medievalista y la folclórica. Ambos mundos comparten una serie de rasgos en cuanto a los instrumentos, los ritmos y las características melódicas.

Las Cantigas de Santa María, recopiladas por Alfonso X, es una de las fuentes más importantes de este estudio, por lo que aquí están incluidas varias de ellas, Virga de Jesse y Rosa das rosas.

Otro imprescindible es Martin Codax, de quien escuchamos Ondas do mar de Vigo y Mia irmana fremosa. La primera pone en relieve la poesía con un ritmo libre y declamado, mientras que la segunda tiene un ritmo de danza.

Toda la música está interpretada con instrumentos basados en miniaturas y esculturas. De hecho, el propio Pablo Carpintero ha construido algunos de ellos. Estos instrumentos, especialmente los de percusión y viento, se han seguido tocando en Galicia sin apenas modificaciones, lo cual traza una línea directa entre los repertorios de ambas épocas.

Algunas de las piezas ya comentadas están acompañadas de romances y cantigas tradicionales como Ai, miña nai mandoume á fonte y Espadelada de Penosiños.

Todos los intérpretes son multinstrumentistas, lo que hace que este disco tenga una rica variedad de texturas y timbres. Sobre las melodías han elaborado variaciones, evidenciando que este es un repertorio abierto y vivo, que admite la improvisación y propicia la creatividad de los músicos, una de las razones por las que existe un vínculo tan evidente entre ambas músicas. También aporta interés la preocupación por ajustarse a un sistema de afinación ajeno a los oídos actuales, pero que sin lugar a dudas formó una parte importante del sentir musical tanto medieval como popular.

Manseliña aporta un destacable toque personal mientras que, a su vez, se vale de las prácticas historicistas en un repertorio que ha sido abordado a lo largo de décadas de muy distintas maneras.

Por Enrique Pastor Morales