María Rubio reivindica el papel de la trompa como instrumento solista, con una colección de nueve composiciones del siglo XXI. Es un abanico ecléctico donde se exploran todas y cada una de las posibilidades de la trompa. Virtuosismo instrumental, exploración tímbrica e innovación en el lenguaje se entremezclan en esta declaración de intenciones.
La formación instrumental es clara y efectiva: trompa solista, acompañada por electrónica o acompañada por pequeñas formaciones de cámara. Eso permite distinguir las diferentes propuestas de los compositores, que trabajan con lenguajes muy divergentes. Uno de ellos es Joan Gómez Alemany, que con Siegfried Delirium II (2021) cita las melodías más tópicas del repertorio canónico para trompa. Esta obra contrasta con One’s Song (2015) de la eslovena Nina Senk, con un ritmo narrativo más estable y con cierto grado de contemplación. Por contra, Al·legoria de l’ego (2019) de Voro Garcia adquiere un tono performativo, como una especie de ‘disputa de pareja’ entre la trompa y el trombón bajo.
Al margen de las diferencias en estilo, también se aprecian los elementos en común. Uno es la alusión al uso histórico de la trompa como instrumento de llamada y su innegable capacidad de crear melodías nobles. Por otra parte, la insistencia en las escalas armónicas, debido a la naturaleza de este instrumento, es también un recurso común en la paleta compositiva. Otro elemento común es la voluntad de explorar el instrumento hasta todos sus límites, siempre con la mirada fija en lo que está detrás de aquellos límites.
Sin embargo, no podemos obviar la figura de María Rubio, que con este álbum se manifiesta como una de las trompistas más destacadas del momento. No es solo valentía lo que sustenta este álbum, sino también un virtuosismo que da el mejor resultado a cada pieza. Como un camaleón, se adapta a cada universo sonoro, algo nada fácil en el repertorio contemporáneo.
Se hace saber es un título más que adecuado: alude tanto al rol tradicional de la trompa como instrumento que anuncia algo más, y también alude al contenido musical del álbum, todo lo que se quiere hacer saber, o escuchar. Con este álbum, la trompa misma se convierte en ese algo más.
Por Luis Meseguer Mira
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