Schostakowitsch. Symphonie Nr. 5
Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks
Mariss Jansons, director
BR KLASSIK 900191
Esta grabación fue realizada en directo, con excelente sonido, en la Gran Sala de Conciertos Philharmonie im Gasteig de Múnich en 2014. Sirva este comentario de homenaje al gran director letón Mariss Jansons, fallecido hace justo un año. La Sinfonía núm. 5 de Shostakóvich se estrenó el 21 de noviembre de 1937 en Leningrado y fue definida por su autor como la ‘respuesta de un compositor a unas justas críticas’, ya que un año antes se había representado en Moscú su ópera Lady Macbeth, duramente criticada por el régimen soviético y que puso en peligro la carrera de Shostakóvich, quien quedó fuertemente atemorizado ya que era la época de las grandes purgas realizadas por Stalin.
Mariss Jansons, al frente de la prestigiosa Orquesta de la Radio de Baviera, realiza una lectura exquisita, detallista y muy matizada, que muestra su gran dominio de mundo sinfónico de Shostakóvich, del que fue uno de sus grandes intérpretes. Esta sinfonía está estructurada en cuatro movimientos: en el primero de ellos, Moderato, cabe destacar las prestaciones de la cuerda con sonidos en pianissimo e importantes intervenciones de los metales, en especial de trompas y trompetas y, en su conclusión, de arpas y celesta junto a un suave sonido de los timbales. El segundo movimiento es un humorístico Allegretto en forma de danza popular donde destacan los trinos de los fagots y el sonido de las trompas junto a los timbales. El tercer movimiento, Largo, es una de las páginas más inspiradas de Shostakóvich, con un sonido melancólico de la cuerda junto a las intervenciones solistas de oboe y clarinete; en la conclusión, de nuevo aparece la combinación sonora de arpas y celesta en pianissimo, que enlaza de manera muy contrastada con la gran explosión sonora con que se inicia el cuarto movimiento Allegro non tropo, donde brillan metales y percusión. La sinfonía concluye con un brillantísimo tutti orquestal, en el que tienen gran protagonismo bombo, timbales y platillos.
Por Diego Manuel García
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