Santos Inchausti. Lide ta ixidor
Euskadiko Orkestra
Sociedad Coral de Bilbao
Juan José Ocón, director
Ibs Classical IBS82022
★★★★★
El cuento lírico infantil Lide ta Ixidor (1910), con música de Santos Inchausti y texto de Alfredo Echave, es la segunda recuperación del proyecto Euskal Opera que lleva a cabo la Sociedad Coral de Bilbao. Sus coros —infantil y de adultos— han grabado algunos pasajes de esta obra, con el soporte sinfónico de Euskadiko Orkestra y bajo la batuta de Juan José Ocón. Además, el proyecto ha contado con cinco cantantes solistas: Marta Ubieta como Lide, Maite Maruri como Ixidor, Olatz Saitua como la Viejecita, Larraitz Navas como el Hada y Gorka Unamuno como Satanito.
Una cálida voz respaldada por una Euskadiko Orkestra en segundo plano inicia este disco, seguida de ‘Kaixo Lide, kaixo Ixidor‘, que corresponde a la primera intervención del coro y bienvenida a los protagonistas. La introducción pianística de ‘Amandretxu ona‘, que evoca los pasajes coloristas del cambio al siglo XX, no es la única influencia histórica de Lide ta Ixidor. Poco después, ‘Egin lo ta ames‘ vuelve a viajar al pasado, en este caso a la época del Clasicismo, con un fragmento que perfectamente podría haber salido de la pluma de Juan Crisóstomo de Arriaga, el Mozart vasco. Por su parte, el coro realiza destacadas intervenciones en ‘Non dago, amandrea?‘ y, sobre todo, en su número en solitario, ‘Horra hor goiko‘, que le da un protagonismo absoluto. Finalmente, la masa coral también conduce el breve episodio marcial que cierra este cuento lírico.
La música de Lide ta Ixidor bebe de la tradición vasca, cuyos elementos se distinguen especialmente en las intervenciones de la percusión, los recurrentes ritmos ternarios y el relevante peso de lo coral en toda la trama. Y es que Inchausti fue una de las figuras clave de la actividad orfeonística vasca durante los primeros años del siglo XX. Estas raíces, profundas cuanto menos, se ven aunadas con pasajes impresionistas, clásicos, contrapuntísticos… Su fruto es una música que refleja la riqueza cultural del país y de la época, en manos de un compositor —hace más de cien años— y un equipo artístico —en la actualidad— que le han sabido sacar todo el jugo.
Por Marina E. Junquera
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