Para hacernos una idea del amplio universo de la música coral rusa, Brilliant Classics reúne en este cofre de seis discos una muestra representativa de compositores, en su mayoría desconocidos para el público, que con sus piezas a capela contribuyeron a preservar el esplendor de este canto severo y austero, profundamente espiritual y contemplativo, en el que hallamos un fascinante viaje plagado de Himnos de Querubines, la gran especialidad rusa.
En el recopilatorio tenemos la oportunidad de escuchar impactantes interpretaciones de conjuntos vocales autóctonos que nos introducen de lleno en la inequívoca textura de esta música incomparable. El Coro Académico de Yurlov inicia la travesía partiendo del Barroco, con Vasily Titov a la cabeza, y el Clasicismo, con la gran figura de Dmitry Bortniansky, autor de ‘conciertos sacros’ revestidos de la imperante influencia italiana. En esa línea, Artemy Vedel y su elevado virtuosismo en la musicalización del Salmo 136. Las traducciones del Coro de Hombres Rybin convocan a autores como Alexander Gretchaninov o Alexander Kastalsky, que revivieron la esencia del canto entre el XIX y el XX. Por su parte, la mezzo Irina Arkhipova dobla a las voces masculinas de The Orthodox Singers en páginas de Pavel Chesnokov, entre otros. Al lado de estas versiones grabadas en el Conservatorio de Moscú en los años 90, destacan las reediciones de las dos partituras más ambiciosas: la Liturgia de San Juan Crisóstomo de Chaikovski y las Vísperas de Rajmáninov en los exquisitos registros en la Catedral de Kiev del National Academic Choir of Ukraine ‘Dumka’ dirigido por Yevhen Savchuk.
Por Germán García Tomás
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