En esta ocasión Naxos nos propone la escucha de una grabación dedicada íntegramente a la obra de piano de Ramón Paús, un compositor ecléctico, con una extensa formación y experiencia consolidada, que ha compuesto para multitud de formatos, géneros y funciones, siempre con una gran sensibilidad, con un sonido nuevo y distinto, que sin llegar a romper con los moldes tradicionales, consigue un leguaje fresco y personal.
Al piano escuchamos a Eduardo Fernández, ganador del Premio Ojo Crítico en 2016, considerado uno de los pianistas más destacados de su generación a nivel internacional. Estamos ante una dualidad compositor pianista que hace crecer la obra, pues su relación viene de lejos, estando alguna de las obras que se recogen en el disco dedicada a Eduardo Fernández.
Las cuatro obras que se recogen en el disco reflejan la forma de componer de Ramón Paús, con elementos en común, pero muy distintas entre sí. Piano al origen, obra que abre el disco, fue compuesta en 2011, y estrenada posteriormente, también por Eduardo Fernández, en el Teatro de la Zarzuela en octubre de 2013. La pieza, dedicada a la madre del compositor, habla de la ausencia y la pérdida de seres queridos, evolucionando desde una lenta y enigmática introducción con la izquierda, cuyo mantra se va liberando poco a poco para incorporar registros más agudos, sin dejar de mutar siempre en dirección al clímax, rodeada siempre de íntima expresividad.
La segunda obra, Piano en Arlés, está inspirada en el capítulo Cuervos, de la película Sueños de AkiraKurosawa, en la búsqueda desesperada de la luz de Vincent van Gogh. Estrenada junto a Piano al origen, fue compuesta en 2009 y dedicada a Eduardo Fernández. La obra, que comienza con un gran despliegue en accelerando, técnicamente muy difícil y muy bien resuelto por parte de Eduardo, muestra desde el inicio, en sus motivos, la dualidad entre luz y oscuridad. Cabe destacar un rápido pasaje jazzístico en el que vemos una lucha entre dos mundos, el jazz peleando contra la rigidez de una armonía que se espeja a sí misma, y que gracias a su gran maestría, Eduardo Fernández consigue que se escuche de manera que al oyente le parezca casi sencillo, pese a su gran dificultad.
Estudio para uracilo, un príncipe genómico nos acerca el pasado de Ramón Paús, licenciado en bioquímica, en un homenaje a Rosalind Franklin (1920-1958), científica inglesa cuyos estudios sentaron las bases que posibilitan los actuales avances sobre el ADN. La obra, encargo del CNDM, fue compuesta en 2016 y estrenada en 2017 en el Auditorio de la Diputación de Alicante ADDA junto a sonatas de Beethoven y estudios de Ligeti, también está dedicada a Eduardo Fernández. Es reseñable el juego de contrastes entre acordes abiertos y estructuras muy cerradas y un pasaje que genera una sensación de estatismo variable, gracias al buen hacer de Eduardo con las polirritmias escritas por Paús, que con gran naturalidad consiguen que suenen de manera conjuntada en un solo trazo.
Por último encontramos Piano astrolabio, obra dedicada a Javier Briongos, amigo y editor de Paús, compuesta en 2014 y aún no estrenada ante el público en concierto. La obra contiene alguno de los momentos más complejos de la grabación, entre los que destaca una sección escrita en tres pentagramas, cada uno en una métrica diferente, un trémolo de semicorcheas enfrentado a una melodía superior a tresillos de negra que no tienen parte fuerte, ambos conformando un contrapunto intermedio también a tresillos pero no coincidentes con la melodía superior.
Estamos ante una grabación de referencia, tanto en lo técnico como en el apartado interpretativo. La obras de Ramón Paússondifíciles técnicamente, ricas, con un lenguaje propio lleno de reminiscencias al jazz y abundantes referencias. Por su parte, Eduardo Fernández es capaz de ir más allá de la partitura, transmitiendo su contenido al oyente de manera evocadora, consiguiendo una sensación de espontaneidad de aspecto casi improvisado, pese a estar todo rigurosamente escrito y medido.
Por: Pedro Téllez
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