Rachmaninoff 3 · Prokofiev 2
Josu de Solaun, piano
Orquesta Sinfónica de Castilla y León
Isabel Rubio, dirección
IBS Classics IBS162014
Melómano de Oro
Los dos conciertos para piano que contiene el presente álbum son cumbres del repertorio pianístico del siglo XX; comparten complejidad creativa y exigencias técnicas de ejecución propias del virtuosismo más puro, tanto para el solista como para la orquesta y su dirección; ambos conciertos se distancian, sin embargo, en los universos referenciales que los inspiran, el pathos que los nutre e irradia ante nosotros: una mirada retrospectiva, elegiaca, trágica en el caso de Rajmáninov; burlesca e irónica, deliberadamente grotesca en Prokófiev. Solaun afirma que en el Concierto para piano núm. 2 (aclamado en su estreno por genial y, al mismo tiempo, abucheado con estruendo por detestable), Prokófiev ‘explora las profundidades del sarcasmo y lo grotesco, con momentos de una angustia casi existencial que se quiebra con pasajes de una ligereza hiriente’. Imposible descripción más reveladora.
Si bien Solaun es el primer pianista español en grabar el concierto de Prokófiev, el Concierto para piano núm. 3 de Rajmáninov, perteneciente a la selecta nómina de obras capaces de hacer inagotablemente dichosa a cada generación que la descubre, ha sido grabado antes por dos pianistas españoles: Rafael Orozco y Alicia de Larrocha; pero de eso hace ya medio siglo.
Acabando la década de los 80, cuando cuenta 17 años, Solaun descubre y se fascina con este concierto en una grabación de Vladimir Horowitz; lo estudia en Nueva York a los 21, bajo el magisterio de Nina Svetlanova (a su memoria, fallecida el pasado año, está dedicado este disco), y lo interpreta por primera vez, en Kyoto, a los 22. Desde entonces, cada vez que lo interpreta, siente acercarse más al misterio insondable de Rajmáninov, cuya música ‘parece contener en sí misma todo el dolor y toda la belleza del mundo’.
La brillante y resuelta lírica de Solaun encuentra un equilibrio incomparable en la enérgica dirección de Isabel Rubio al frente de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, conjunto del que extrae niveles de precisión, delicadeza y poder sonoro extraordinarios.
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