Reseña | Purcell: King Arthur (1691)

Excelente grabación de la semi-ópera King Arthur de Purcell, a cargo de los Gabrieli Consort & Players de Paul McCreesh. En el campo orquestal, McCreesh opta por no usar contrabajo y bajos de violín en lugar de violonchelos. No usar un instrumento de 16 pies era una práctica habitual en la música inglesa de la época, con lo cual esta acertada decisión responde a criterios históricos interpretativos. También es muy interesante la sonoridad de los bajos de violín, ciertamente parecida a la de los violonchelos, pero con una identidad propia muy particular y difícil de explicar. La cuerda, formada por tres violines primeros, tres violines segundos, tres violas y tres bajos de violín suena muy equilibrada. El bajo continuo, integrado por clave y tres tiorbas/guitarras barrocas, suena realmente rico y, en general, desaparece en los movimientos instrumentales de cuerda sola para dar variedad al conjunto de la obra. El empleo de trompetas naturales originales, es decir, no las que utilizan la mayoría de orquestas barrocas con unos pequeños orificios para facilitar la ejecución y, especialmente, la afinación (invento del siglo XX) sino las que tocan con una sola mano y sin ningún tipo de orificio, les confiere un sonido más auténtico y rudimentario. Nuestro oído no está todavía muy acostumbrado a escuchar estos instrumentos, por el riesgo que conlleva su empleo. Por esta razón, la mayoría de trompetas naturales que escuchamos en los auditorios y grabaciones esconden un amaño moderno que solo los especialistas conocen.

El coro, formado por diez cantantes, suena bien empastado, con muy buena dicción y musicalidad. Lo mismo podemos decir de las voces solistas, de buena teatralidad, poniendo énfasis en los momentos cómicos de la obra, en donde no se vale ser solo un buen cantante sino también un buen actor. Teniendo como buenos competidores a Trevor Pinnock y John Eliot Gardiner, McCreesh gana el ranking. Un dato más: en esta grabación se opta por el diapasón francés La = 392 Hz, en lugar del típico 415 Hz genérico de las orquestas barrocas, pues los ingleses barrocos seguían el modelo francés.

Por Àngel Villagrasa Pérez