Reseña | Purcell. Birthday Odes for Queen Mary

Robert King nos obsequia con su segunda entrega de las odas de Henry Purcell. En esta ocasión se trata de tres odas para el aniversario de la reina Mary. Una vez más, Robert King con su The King’s Consort se nos revela como uno de los grupos británicos más especializados en la música de Henry Purcell. El sello discográfico que lo edita es Vivat, creado por el propio Robert King hace unos años. Se trata de una versión con instrumentos de época y criterios históricos interpretativos. La orquesta, de dimensiones reducidas, otorga un carácter camerístico e íntimo a las obras antes mencionadas. No se incorpora contrabajo al conjunto instrumental, partiendo de la base de que este tipo de instrumento no se usaba en la orquesta de Purcell. Es más, en lugar de emplear los violonchelos, habituales en las orquestas, se empleaban los denominados bajos de violín, una especie de chelos de sonoridad sutilmente diferente.

El conjunto vocal, formado por ocho voces, suena bien empastado con buena resolución de las frases musicales y dinámicas interesantes. No es nada fácil empastar dos voces por parte, cosa que demuestra la experiencia vocal de los cantantes, así como la pulcritud en la afinación, así como un vibrato reducido, atendiendo a criterios estilísticos de la época barroca. Excelentes voces las de Carolyn Sampson, Iestyn Davies, Charles Daniels y Matthew Brook y el descubrimiento del joven contratenor Hugh Cutting, también de hermosa voz.

En el campo instrumental cabe mencionar el buen papel de los metales, especialmente del excelente trompetista Neil Brough. La concertino del conjunto es nada más y nada menos que Kati Debretzeni que grabó hace un par de años los conciertos para violín de Bach, bajo la batuta de John Eliot Gardiner, con resultados brillantes. El bajo continuo formado por clave y órgano positivo, interpretados de forma alternativa, además de la tiorba, está bien realizado y lleno de colores distintos. Esperemos que hayan próximas entregas de esta música brillante, llena de matices y en manos de intérpretes ejemplares.

Por Àngel Villagrasa Pérez