Procesional de Sixena
Capella de Ministrers
Carles Magraner, dirección
CdM 2356
★★★★★
Por Àngel Villagrasa Pérez
Capella de Ministrers, bajo la dirección de Carles Magraner, nos presenta un magnífico disco titulado Procesional de Sixena. Se trata de música medieval en el contexto del Real Monasterio de Santa María de Sijena. Este monasterio femenino visibiliza la figura de la mujer, tantas veces olvidada en la historia de la música, teniendo en cuenta que en la época existían muchos conventos de monjas y estas también cantaban y hacían música (de igual valor artístico que la de los hombres). La formación de Carles Magraner esta vez cuenta con cuatro voces femeninas, arpa y viella y algún toque de campana. Las voces son las de Èlia Casanova, Beatriz Lafont, Laia Blasco y Maria Morellà. Destaca, a modo de ejemplo, el hermosos Tu puer propheta (Alleluia), en donde podemos escuchar lo bien que empastan esas cuatro voces, con un buen control del vibrato, cosa que se traduce en un sonido más puro y místico, algo absolutamente necesario para este tipo de música. También destaca la pieza que abre el disco, con un bello diálogo entre la viella de Carles Magraner y el arpa de Robert Cases. Esa combinación de piezas a voz sola, a cuatro voces y fragmentos instrumentales, le da variedad a la grabación y permite que el público escuche timbres variados, entrando mucho mejor en este tipo de música. De hecho, este disco no deja de ser una reconstrucción de un acto procesional de las religiosas de la sagrada, soberana e ínclita orden militar de San Juan de Jerusalén, que podemos datar entre los siglos XIV y XV. En el repertorio medieval siempre se nos presenta un problema que cada director resuelve a su manera y que permite diferentes tipos de interpretaciones, todas ellas igual de válidas. El problema es de la instrumentación: las partituras de esas épocas no nos la indican nunca, con lo cual la mejor opción siempre es utilizar instrumentos que sabíamos que existían en la época. Magraner opta por pocos instrumentos y pocas voces, cosa que es de agredecer porque a veces hay conjuntos que añaden demasiados instrumentistas, teniendo en cuenta que en la mayoría de casos, estos conventos de la época disponían de recursos modestos.
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