Piano Preludes
Javier González Sarmiento, compositor
Itxaso Sainz de la Maza, piano
Orpheus Classical OR 7181-1632
No cabe duda de que el número 24 tiene una especial simbología en la historia de la música desde que Johann Sebastian Bach compusiera El clave bien temperado y explorase toda la gama cromática en sus preludios y fugas. Siguieron su modelo Chopin (sin fugas) en el Romanticismo y Shostakóvich mediado el siglo XX. No es baladí que, ya en nuestros días, el compositor Javier González Sarmiento inicie su obra principal en este disco de Orpheus Classical con una referencia explícita al Preludio en Do mayor que inicia la colección bachiana, pues ello nos indica toda una declaración de intenciones, pese a que las ambiciones compositivas se alejan aquí de la exploración de tonalidades e inciden más en el campo de la armonía y el ritmo.
El universo caleidoscópico que nos presenta el músico vasco a lo largo y ancho de sus Classic-Jazz Preludes pivota precisamente en torno al estilo jazzístico y sus derivados formales, pues los sones del blues, el swing, el ragtime o el boogie-boogie impregnan sin cesar estos pentagramas repletos de impresiones satisfactorias, por ser profundamente imaginativos y coloristas. El idioma de lo que entendemos como ‘clásico’ se combina o diluye en jazz en el andamiaje de estas 24 miniaturas, donde por momentos aflora el espíritu de diferentes improntas musicales. A veces parecemos estar escuchando los rígidos ritmos de Joplin y Gershwin, en otras ocasiones se nos presentan los etéreos lenguajes de Debussy o Ravel, y hasta vagos ecos del Rajmáninov improvisatorio. El guiño penúltimo nuevamente a Bach dota de cierto sentido unitario al ciclo.
Para llevar a buen término esta travesía, González Sarmiento cuenta con una aliada de excepción, la pianista vizcaína Itxaso Sainz de la Maza, que consigue traslucir con mirada cómplice toda esa paleta de sonoridades y ritmos cambiantes, continuamente oscilantes en una obra de una amenidad desbordante. Como también lo son los Txikiludios, de los que se ofrece una amplia selección de sus también 24 piezas, en las que el compositor vasco incide en el ragtime y en rasgos indisimulados del Children’s corner debussiano.
Por Germán García Tomás
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