Reseña | Pablo Sorozabal. Choral Works I

La relación de Pablo Sorozábal con la música coral vasca se remonta al tiempo de su primera formación musical. El año de su nacimiento, 1897, se fundaba en San Sebastián el Orfeón Donostiarra, coral vinculada a la Sociedad Bascongada de Amigos del País, y en la que ingresa Paulo (como le llamara siempre su madre) a los 13 años, después de aprender solfeo —gratis— en la Sociedad, y antes de estudiar violín y —con escaso provecho— piano. En el Orfeón conoce la ópera Mendi-Mendiyan de José María Usandizaga, quien tanto influyera en su música: ‘[…] pasamos un año entero preparando los coros [de] Mendi-Mendiyan [que] estrenamos el año 1911 en el Teatro Circo de San Sebastián’. Cantando con el Orfeón al joven Paulo le cambió la voz, convirtiéndose en bajo. Veinte años más tarde, cuando sus interesas artísticos eran ya otros y residía principalmente en Alemania, tendrá el honor, durante unos meses, de dirigir el Orfeón Donostiarra tras el fallecimiento de Secundino Esnaola. En 1928 y 1929, para el sello Odeón, Esnaola había grabado con el conjunto cuatro cantos populares vascos de Sorozábal: Arrosa lilia (Lirio rosa), Kalez-kale (Calle por calle), Kuku bat badut (Tengo un cuco) y Baserritarra (El granjero).

Entre las primicias que depara el presente registro del Kea Vocal Ensemble, coro especializado desde su fundación en 1997 en la música vocal vasca contemporánea, encontramos una versión para coro mixto a capela de Baserritarra, fughetta jocosa compuesta en Leipzig en 1926, que el compositor consideró incluir en una ópera vasca que nunca llegaría a escribir. Inéditas hasta ahora eran también las Tres canciones nostálgicas para coro y piano, emotivo colofón al repertorio coral de Sorozábal, fechadas en 1983. Destacables son asimismo Ara nun diran(¿Ahora dónde están?), de envolvente y elegante melodía con solos de soprano; la mencionada Arrosa Lilia, Izar ederra (Hermosa estrella), conmovedoras ambas por su austeridad; o las tiernas Buba niña y Nere maite pollita (Mi querida pollita).

Dieciséis piezas corales en total, inmejorablemente cantadas por el Kea Vocal Ensemble bajo la dirección experta de Enrique Azurza.

Por Alejandro Santini Dupeyrón