Reseña | Orlando. Amore. Gelosi. Follia.

En una reciente entrevista, recordaba Filippo Mineccia que, del término ‘contratenor’, el más habitual hoy para referirnos a voces como la suya, se hace un uso impropio, porque el concepto original se refería a algo muy distinto. ‘Falsetista’ es el término más adecuado. Con respecto al color y extensión de su propio registro, el cantante florentino prefiere definirse como ‘contraltista’.

El esperado nuevo disco de Mineccia, décimo para el sello Glossa, supone una exploración de affectti tópicos del Barroco: amor (pasión, en su expresión vehemente), celos y locura, a través de arias y escenas de ópera, serenatas y cantatas inspiradas en los personajes más celebres del Orlando furioso de Ludovico Ariosto. Desde el héroe que da nombre al poema, al caballero Ariodante, sin olvidar, desde luego, a la dama por cuya causa Orlando enfurece y acaba perdiendo el juicio, Angelica, quien prefiere hacer merecedor de sus favores a Medoro, un simple soldado sarraceno.

Entre las arias seleccionadas por Mineccia destacan las destinadas a recrear la belleza del desconsuelo, como ‘Ombre amene‘, de la L’Angelica de Porpora;’Ah, Stigie larve‘, del Orlando de Haendel; o ‘Sol da te, mio dolce amore‘, del Orlando furioso de Vivaldi. De ‘il prete rosso‘, que solicitó y le fue concedida una dispensa para decir misa dada su condición de asmático, pero que sin embargo soportaba sin queja ni fatiga sesiones de cinco horas de pie, tocando el violín, en cada representación de ópera durante los meses de Carnaval, figura, también del Furioso, ‘Nel profondo cieco mondo‘, aria de dramática gravedad, idónea para el tono cálido y oscuro de Mineccia, que de la ciega profundidad extrae, como si de gemas se tratase, emoción pura.

Mención aparte merecen las cuatro arias y la obertura (sinfonía) que se graban por primera vez en este disco, obras de compositores prácticamente desconocidos, como Giovanni Battista Mele, Georg Christoph Wagenseil y Giuseppe Millico. Importante para nosotros es el aria ‘Non cerchi innamorarsi‘ de la Angelica e Medoro de Mele, serenata que se estrenó en Madrid, en el Coliseo del Buen Retiro, en 1747.

Por Alejandro Santini Dupeyrón