
La guitarra fue una fuente de inspiración para un gran número de compositores, como Joaquín Turina, que pese a ser pianista y cultivar el género orquestal, escribió para este instrumento basándose en las sonoridades del flamenco. Se ha escogido su Sonata para guitarra opus 61 para abrir el disco. Las obras para piano de Granados y Albéniz también han sido frecuentemente arregladas para guitarra, como la Danza española núm. 5 ‘Andaluza’ y Granada, siendo más frecuente escucharlas así que para su instrumento original.
El sonido de Isabel Martínez se distingue por su calidez y delicadeza. Realmente evoca la calidez de una noche andaluza de verano, y mantiene un perfecto equilibrio entre el virtuosismo y los contrastados momentos de intimismo e introspección.
Invocación y danza es la obra de Joaquín Rodrigo que aquí se presenta. Si los anteriores compositores parecieron tocar el techo de la creación para la guitarra, Rodrigo elabora una obra de gran envergadura con toques fallescos que sigue ampliando los recursos técnicos y estilísticos de este instrumento cuyas posibilidades parecen no tener fin.
Isabel Martínez se adapta de manera camaleónica a cada circunstancia sonora y nos regala una noche andaluza con todos sus matices.
Por Enrique Pastor Morales
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